Fueron dos años sin tener noticias de Marvin, un niño de 13 años que desapareció el 11 de junio de 2017 en Alemania. No dejó rastro alguno y durante dos años su mamá lo buscó frenéticamente sin resultados. Hasta hace unos días, cuando en una operación policial hicieron un escabroso descubrimiento.
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Lo último que hizo Marvin, antes de desaparecer, fue enviar un mensaje de WhatsApp a un centro de menores en donde vivía desd ela muerte de su padre. Ese día preguntó qué había para comer. Después de eso el silencio fue total: no respondía mensajes y su celular parecía estar apagado todo el tiempo. Los trabajadores sociales dieron la alerta y desde entonces comenzó la búsqueda.
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Las peores noticias llegaron la semana pasada cuando la policía alemana hizo una operación contra la pornografía infantil en Recklinghausen (Renania del Norte-Westfalia). En el operativo funcionarios alemanes allanaron la casa de un hombre de 44 años, quien ya había sido detenido en 2018 por posesión de material pornográfico. El acusado evitó la cárcel, diez meses por posesión de videos pornográficos infantiles, y obtuvo la libertad condicional.
En la inspección de la casa, en donde fueron encontradas discos duros, memorias USB y otro material, unos agentes abrieron un armario en donde encontraron a un adolescente escondido que los miraba con cara de terror. El muchacho de 15 años fue detenido y cuando investigaron de quién se trataba, la sorpresa fue mayúscula.
Era Marvin, el mismo joven desaparecido hacía dos años. El adolescente hoy de 15 años llevaba la misma ropa que usaba cuando desapareció y aseguró que había permanecido encerrado en ese lugar sin respirar aire puro. El caso conmocionó a Alemania que cataloga el hallazgo como milagro navideño.
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En declaraciones al periódico alemán Bild, la mamá de Marvin aseguró que cuando la vio le dijo: "Llévame a la casa, he estado encerrado durante dos años y medio y no he podido ni respirar". La madre del joven dice que se está investigando si el niño fue abusado durante todo este tiempo y confesó que le costó reconocerlo: "Parecía un hombre mayor roto, casi no lo reconozco".
Marvin sigue bajo vigilancia médica, según dijo la agencia DPA. Está siendo sometido a exámenes médicos y psicológicos. La policía investiga si era retenido en contra de su voluntad, pues no estaba atado ni tenía señales de maltrato. Su madre asegura que fue manipulado por el dueño de la casa.
Su caso recuerda al de Natascha Kampusch, la niña austriaca que estuvo ocho años secuestrada hasta que escapó en 2006.