Diecisiete niños ucranianos que habían sido llevados a Rusia o a zonas ocupadas por fuerzas rusas volvieron el miércoles a sus hogares. Muchos vivían en Jersón, en el sur ocupado de Ucrania, cuando fueron separados de sus familias, antes de que las fuerzas ucranianas reconquistaran la ciudad.
Según la ONG Save Ukraine -que organizó la repatriación- las autoridades rusas apelaron a la intimidación, la manipulación y el chantaje para apoderarse de ellos. ”Usan la sorpresa, por ejemplo, dicen a los padres que tienen una hora para pensar y que si llegan los ucranianos traerán mercenarios estadounidenses que los golpearán y violarán y que esta es la única oportunidad de salvar a sus hijos. Con este chantaje, manipulación e intimidación, se llevan a los niños”.
Algunos padres relatan que aceptaron enviar a sus hijos a “campamentos de vacaciones” más al sur, en la Crimea anexada, durante una o dos semanas, porque se anunciaban combates terribles en Jersón. Pero las semanas se convirtieron en meses. ”Daban la impresión de que todo iba bien para los niños, que eran felices. Y entonces mi hijo me llama y me dice que el campamento se cierra, que todos se van. Me dijo que no era sólo un campamento , sino un campo de concentración, con alambre de púas y todo. Así que fui a ver a la directora de la escuela y le pregunté qué pasaba, cuándo iban a volver. Le conté lo que había dicho mi hijo y me dijo que era mentira. Pero yo sé que no mentía”.
Ucrania acusa a Rusia de haber secuestrado a unos 16.000 niños. Moscú rechaza esa afirmación y sostiene que los salvó de la guerra. Asegura además que estableció procedimientos para reunirlos con sus familias.
La Corte Penal Internacional (CPI) emitió la semana pasada una orden de detención contra Vladimir Putin, considerando que era presunto responsable del “crimen de guerra de deportación ilegal” de menores.Varios niños, entrevistados por AFP, dijeron no haber sufrido malos tratos, pero relataron episodios de adoctrinamiento.
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