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La curiosidad por la Inteligencia Artificial (IA) ha llegado hasta el Vaticano. El papa Francisco nombró este viernes a Demis Hassabis, presidente ejecutivo de Google DeepMind, empresa líder en el campo de la IA, como el miembro más reciente del órgano de investigación científica del Vaticano, la Pontificia Academia de las Ciencias.
Fundado en 1603, este es el órgano del Vaticano encargado principalmente de la ciencia, la tecnología, la bioética y la epistemología. Sus miembros no son elegidos por criterios confesionales, sino por sus aportes al campo de la investigación.
Hassabis, de 47 años, ha sido galardonado con varios premios por su investigación en el campo de la IA y es reconocido por ser el creador de programas como Alpha Go, el cual se desarrolló para jugar al juego de mesa Go.
A Hassabis lo acompañarán los Premios Nobel de Física Andrea Ghez y Didier Queloz, anunció la Santa Sede en un comunicado. Pero es el nombramiento del británico y experto en la IA el que más llama la atención, pues reafirma el interés del papa Francisco por las nuevas tecnologías.
En diciembre, el papa invitó a la comunidad internacional a adoptar un tratado vinculante para enmarcar la utilización de la IA, e insistió en la importancia de la ética frente a los “riesgos graves” vinculados a las nuevas tecnologías.
Según Vatican News, el sumo pontífice espera que estas aplicaciones avanzadas se usen para allanar “los caminos de la paz”. Francisco ha hablado de cambiar a un algoritmo ético, “algorética”, tanto en el diseño, producción y distribución de la información.
El papa reconoce que un espacio como la web está sobrecargado de información y que los algoritmos pueden extraer, a partir de los rastros digitales dejados en Internet, “datos que permiten controlar los hábitos mentales y relacionales de las personas con fines comerciales o políticos, a menudo sin su conocimiento, restringiendo su ejercicio consciente de la libertad de elección”.
Por eso, el papa pide examinar cómo estas tecnologías de inteligencia artificial parecen capaces de influir en las decisiones de los individuos mediante opciones predeterminadas asociadas a estímulos y elementos disuasorios para evitar una “dictadura tecnológica” y encaminar a las audiencias a un desarrollo pacífico y democrático entre los pueblos.
“Desde un punto de vista más positivo, si la inteligencia artificial se utilizara para promover el desarrollo humano integral, podría introducir importantes innovaciones en la agricultura, la educación y la cultura, una mejora del nivel de vida de naciones y pueblos enteros, el crecimiento de la fraternidad humana y la amistad social”, subraya el papa Francisco.
*Con información de AFP
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