Este martes no habrá trenes en Francia: la Compañía Nacional de Ferrocarriles en el país (SNCF) anunció que a partir de hoy y durante los próximos tres meses habrá huelgas intermitentes. Un desafío para el gobierno de Emmanuel Macron, pues otros sectores (basura y energía, entre otras) ya se sumaron a la iniciativa, que busca protestar en contra de la agenda de reformas del Gobierno.
El plan de Macron es reducir las ventajas numerosas que reciben los trabajadores de este sector. Los asalariados de la SNCFse benefician de un aumento automático anual de su salario, jubilación anticipada, 28 días anuales de vacaciones pagadas y protección frente a un despido.
El 77% de los conductores de tren harán huelga el 3 y el 4 de abril, lo que afectará a los 4,5 millones de usuarios diarios del sistema de ferrocarriles en Francia. Hace días que las autoridades aconsejan a los franceses que encuentren un modo alternativo de transporte para estos días.
El 22 de marzo, los sindicatos convocaron otra huelga de trabajadores del sector público. Miles de personas protestaron los cambios de Macron aquel día. Las huelgas de esta primera semana de abril arrancarán una serie de interrupciones que durará tres meses.
El martes prevén que circule, de media, uno de cada ocho trenes de alta velocidad. No habrá ningún tren con destino a España, Italia y Suiza, afirmaron, aunque sí circularán tres de cada cuatro Eurostars hacia Londres y Bruselas, y el Thalys con destino a Bélgica y Holanda operará casi con normalidad.
"Nos estamos preparando para una movilización muy fuerte, con un gran impacto para los pasajeros de trenes", dijo a la AFP una fuente gubernamental que pidió el anonimato.
Las reformas laborales de Macron
Esta reforma es la última del presidente Macron, tras otras propuestas de cambios laborales en septiembre de 2017, que provocaron protestas masivas a lo largo de Francia.Luego de los cambios del año pasado, entre otras cosas, las empresas francesas pueden contratar y despedir a empleados con más libertad. Macron introdujo esta reforma para hacer el país más competitivo al nivel internacional y para reducir el desempleo en el país, que estaba mucho más alto que en sus vecinos europeos.
Desde la imposición de estos cambios, Francia ha visto una baja significante en la tasa de desempleo, aunque The Financial Times afirma que todavía no se sabe si hay un vínculo directo con la política de Macron.
De manera similar, las reformas laborales en el sector ferroviario tienen como objetivo la reducción de las deudas de la SNCF y, con el tiempo, la apertura del sistema público de ferrocarriles al mercado privado.
El presidente tiene la intención de pasar las reformas por orden ejecutiva para evitar debate parlamentario, como lo hizo con sus reformas laborales de septiembre del año pasado. En una entrevista con la cadena estadounidense CNN ese mes, Macron dijo que “la democracia no está en la calle”.
Los empleados de la SNCF harán huelga juntos con los asalariados de la aerolínea Air France, quienes exigen un aumento de 6% de su salario, además de basureros y algunos trabajadores en el sector de energía. En la cuarta huelga de la aerolínea del último mes, Air France debería operar el 75% de los vuelos este martes 3 de abril.
Emmanuel Macron sigue luchando contra los sindicalistas en un país donde, tradicionalmente, cuentan con un peso significativo. Si el presidente francés logra imponer estas reformas, como las de septiembre de 2017, eso le proveería un éxito muy significativo.
En un sondeo del periódico Le Journal du Dimanche, el 46% de los franceses creen las huelgas son justificadas, mientras que el 72% creen que las huelgas no impedirán la imposición de las reformas.