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Una serie de ataques contra cárceles en distintas regiones de Francia encendió las alarmas del gobierno francés esta semana. Los incidentes, que incluyeron disparos con armas automáticas y vehículos incendiados, se registraron entre el 13 y el 15 de abril en al menos siete centros penitenciarios, según confirmaron autoridades y medios locales.
Este miércoles también se volvieron a presentar atentados. Tres vehículos fueron incendiados en la madrugada frente a la prisión de Tarascón, en un estacionamiento “aislado, reservado al personal, vallado y con acceso asegurado por un código numérico”, declaró a AFP Laurent Gumbau, el fiscal de la ciudad.
¿Cuáles son las prisiones atacadas en Francia?
La prisión de Toulon, en el sur del país, fue uno de los principales objetivos. Allí, hombres armados dispararon contra su entrada la noche del lunes. Otras cárceles afectadas fueron las de Aix-en-Provence, Marsella, Valence, Nîmes, Luynes, Nanterre y Villepinte, en una aparente ofensiva coordinada.
La situación llevó al ministro del Interior, Gérald Darmanin, a calificar los hechos como “intentos de intimidación” contra el Estado. Según el gobierno, estos ataques estarían relacionados con la estrategia nacional contra el narcotráfico, reforzada en febrero con nuevas medidas para frenar la violencia entre bandas y el crecimiento del mercado de cocaína.
“El Estado está enfrentando el problema del narcotráfico y tomará medidas que perturbarán profundamente las redes criminales”, escribió Darmanin en X (antes Twitter).
El sindicato de guardias FO Justice expresó su “profunda preocupación e indignación” tras los atentados, y exigió una respuesta “fuerte, inmediata y clara” del Estado. A esto se sumó el llamado del ministro del Interior, Bruno Retailleau, para reforzar de inmediato la seguridad de funcionarios e instalaciones penitenciarias.
“La respuesta del Estado debe ser implacable. Quienes atacan prisiones y a sus funcionarios merecen estar en esas mismas prisiones, bajo la vigilancia de esos mismos funcionarios”, afirmó.
Aunque todavía es pronto para conocer todos los detalles, las autoridades creen que estos ataques pueden representar una nueva etapa en la disputa entre el Estado francés y redes del crimen organizado, cada vez más violentas y mejor articuladas.
En un contexto de aumento del consumo de cocaína, crecimiento del poder de las bandas locales y colaboración internacional con mafias extranjeras, el gobierno del presidente Emmauel Macron ha apostado por políticas de mano dura, que ahora parecen tener una respuesta directa desde el otro lado.
“Lo hacen porque estamos tomando medidas contra la permisividad que existía hasta ahora en las cárceles”, añadió Darmanin.
El ministro recordó que busca acabar con las “redes de narcotráfico que siguen operando desde las cárceles”.
“Ordenan asesinatos, blanquean dinero. Amenazan a policías, jueces, guardias penitenciarios, y se fugan”, afirmó.
Darmanin encabeza un proyecto que busca crear un régimen de detención especial para los mayores narcotraficantes del país. El objetivo del plan es mantenerlos en estricto aislamiento en instalaciones de alta seguridad.
Un grupo en Telegram está en el foco de las autoridades
La investigación tomó un giro inesperado cuando se detectó la existencia de un grupo en Telegram llamado “Droits des Prisonniers Français” (DDPF, por sus siglas en francés y que en español se traduciría como Derechos de los Prisioneros Franceses), creado un día antes de los primeros ataques.
Según reportó Reuters, el nombre del grupo apareció pintado como grafiti en varias de las cárceles atacadas, lo que sugiere un posible vínculo directo. El grupo, que alcanzó más de mil miembros antes de ser parcialmente bloqueado por Telegram, publicó mensajes que fueron considerados como llamados a la violencia.
“No somos terroristas”, se leía en una de las publicaciones antes de ser eliminada.
Aunque aún no se ha establecido una conexión definitiva entre los atacantes y el grupo, la policía francesa está analizando su actividad como parte de la investigación.
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