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Santa Sofía, llamada por historiadores como “la octava maravilla del mundo” es uno de los museos más visitados del mundo y un emblema arquitectónico de Turquía. Antes de convertirse en museo, la catedral fue utilizada como iglesia durante 916 años; en 1453, Faith Sultan Mehmet la convirtió en mezquita cuando los otomanos conquistaron Estambul.
Bajo el gobierno de Mustafa Kemal Ataturk, que secularizó al país en la década de los años 30, la catedral se convirtió en un museo. La catedral había mantenido la calma desde entonces, hasta el año pasado cuando el presidente de Turquía Recep Tayip Erdogan anunció que lo convertiría de nuevo en mezquita. “Ayasafya (Santa Sofía) ya no será museo. Su estado cambiará. La llamaremos mezquita”, informó.
Según el mandatario, Santa Sofía debería ser reabierta para el culto “cumpliendo con la voluntad del conquistador (Sultan Mehmet), cuyos ejércitos tomaron la ciudad de los bizantinos hace 567 años”. El debate que despertó el anuncio terminó en manos de un juez turco que deberá determinar en los próximos días si la decisión de convertir Santa Sofía en un museo fue legítima. Una decisión que desató una polémica que traspasa fronteras.
Grecia, cuya iglesia ortodoxa mantiene su patriarcado ecuménico en Estambul, puso el grito en el cielo; y hasta Estados Unidos entró al debate. Este miércoles, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, le pidió al presidente turco Recep Tayip Erdogan no convertir en mezquita a la catedral ortodoxa Santa Sofía de Estambul y dijo que debe permanecer abierta para todos.
Pompeo demandó al gobierno turco a mantener al templo "como un museo, como ejemplo de su compromiso y respeto con las tradiciones de la fe y la diversa historia que contribuyó a la República de Turquía, y para asegurar que permanezca abierta para todos".
"Estados Unidos considera que un cambio en el estado de la iglesia de Santa Sofía disminuye el legado de este notable edificio y su capacidad sin igual, tan rara en el mundo moderno, de servir a la humanidad como un puente muy necesario entre aquellos que profesan una fe, tradiciones y culturas diferentes", agregó en un comunicado.
Pompeo, un protestante evangelista dijo que Estados Unidos esperaba mantener un diálogo con Turquía sobre la preservación de los sitios religiosos y culturales. Turquía es aliado de Estados Unidos en la OTAN, pero las relaciones entre ambos países se han visto tensionadas en los últimos años, ante las incursiones de Ankara en Siria contra los kurdos y su compra de armas a Rusia.
¿Qué dicen en Turquía?
Reporta la agencia turca Anadolu que Erdogan ha destacado cómo los otomanos convirtieron el edificio en una mezquita, en lugar de arrasarlo, un destino sufrido por muchas mezquitas tomadas de los otomanos.
El líder de la oposición turca, Mustafa Destici, aseguró que la reapertura del museo de Santa Sofía en calidad de mezquita “es fundamental para el culto y una cuestión de soberanía e independencia”, según Anadolu.
“Hagia Sophia es símbolo de conquista. En nuestra opinión, la reapertura de Hagia Sophia, lejos de ser solo una necesidad y reclamar una reliquia de conquista, es una cuestión de soberanía e independencia”, dijo Destici, líder del Partido Gran Unidad (BBP), en declaraciones a los periodistas en el parlamento.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, por su parte criticó a Grecia por objetar la reapertura de la Santa Sofía para el culto. “Dicen: ‘No conviertan a Santa Sofía en una mezquita’. ¿Ellos gobiernan Turquía o nosotros gobernamos Turquía?” aseveró Erdogan.