Las autoridades italianas capturaron el pasado viernes al sacerdote colombiano Carlos Arcos Pérez, luego de una orden de prisión preventiva emitida por el juez de instrucción de la Fiscalía de Velletri, una localidad italiana de la provincia de Roma, según informó el diario local La Repubblica. El padre Arcos Pérez, de 40 años, que llegó hace tres años a la congregación de Jesús y María, está acusado de pederastia.
El caso comenzó en diciembre, cuando los padres de dos jóvenes menores de edad en la región de Carpineto, denunciaron que el sacerdote había acosado sexualmente a los dos niños afuera de la parroquia. El padre dará su testimonio ante la justicia en los próximos días.
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“Su acusación desató opiniones encontradas entre los habitantes. Y es que los rumores ya circulaban en la zona, sumándose a la charla los pasados desencuentros entre la misión y el entonces párroco Fabio Tagliaferri”, se lee en una publicación del medio local Il Corriere della Città.
Por su parte, el diario Il Messaggero, informó que el sacerdote ayudó en algunas misas y funerales. Sin embargo, desde que se conocieron las investigaciones, debió permanecer en casa por cuatro meses; en ese tiempo no habría practicado ninguna actividad relacionada con la iglesia. Según datos publicados por Infobae, el padre Arcos Pérez iba a regresar a Colombia hace un mes, pero debido a las acusaciones debió permanecer en el país.
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La red L’Abuso, la principal asociación de víctimas de Italia, con 1.300 miembros, ha identificado en los últimos 15 años a más de 300 sacerdotes involucrados o condenados de los 50.000 que residen en la península. Sin embargo, es imposible obtener “cifras precisas” debido a la ausencia de “un informe independiente”, como ocurrió en Francia, con las impactantes revelaciones de la Comisión Jean-Marc Sauvé, o en Alemania.
En enero, el influyente cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), confirmó al diario Il Corriere della Sera que desde hace algún tiempo está pensando en abrir una investigación profunda y seria sobre ese fenómeno en Italia. “Los obispos italianos se interrogan sobre el método que deberán adoptar. Es la primera cuestión”, reconoce Zollner.
Con información de Afp*
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