En el marco de la segunda ronda de negociaciones entre las delegaciones de Ucrania y Rusia celebrada este lunes en Estambul, la reunión duró apenas una hora. La mayoría de la delegación ucraniana llegó vestida de traje militar, mientras los rusos estaban de corbata. Moscú entregó un memorándum de condiciones por las que aceptarían un alto el fuego.
El documento plantea una retirada total de las fuerzas ucranianas en territorio ruso, “incluyendo las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, las regiones de Zaporiyia y Jersón”, como requisito clave para avanzar hacia un tratado de paz.
El jefe negociador ruso, Vladímir Medinski, aseguró que la propuesta está “detallada y bien trabajada” y fue entregada a la contraparte ucraniana. Algunas de las exigencias ya habían sido presentadas por el Kremlin en el pasado y rechazadas por Kiev por considerarlas inadmisibles, como ceder cualquier parte de su territorio.
La ofensiva ucraniana en Siberia que antecedió la reunión: Operación Telaraña
La entrega del documento ruso se produjo un día después de que Ucrania lanzara una operación de gran alcance contra bases aéreas rusas ubicadas hasta 4.000 kilómetros del frente de batalla. Según fuentes ucranianas, la ofensiva, bautizada como “La Operación Telaraña” (The Spiderweb), logró impactar al menos 41 aeronaves, incluidos bombarderos estratégicos Tu-95, Tu-22M y aviones de alerta temprana A-50, en instalaciones militares ubicadas en Siberia, el Ártico y otras regiones remotas de Rusia, según datos expuestos por Al Jazeera.
Según Kiev, esta operación dañó aproximadamente un tercio de la flota de bombarderos estratégicos del Kremlin. Moscú reconoció el ataque, pero no el alcance de los daños.
¿Qué exige Rusia para detener la guerra?
Además de la retirada de las tropas ucranianas, mencionada anteriormente, el Kremlin exige que Kiev y la comunidad internacional reconozcan estas tierras, junto con Crimea, como parte oficial de la Federación Rusa.
Rusia también pide que Ucrania abandone la aspiración de ingresar a la OTAN o mantener alianzas militares extranjeras, incluyendo renunciar a la presencia de bases militares en su territorio.
El memorándum también condiciona a que Ucrania suspenda la movilización de sus tropas y comience un proceso de desmovilización general. Moscú exige, además, el fin inmediato del envío de armas occidentales, inteligencia militar y apoyo satelital a Kiev, según explica la agencia EFE.
El Kremlin solicita garantías de que cesarán los sabotajes y operaciones encubiertas en territorio ruso, y propone crear un centro binacional de monitoreo para supervisar el cumplimiento del alto el fuego.
A nivel interno, Rusia exige el levantamiento de la ley marcial y del estado de guerra en Ucrania, así como la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias dentro de un plazo de 100 días después de esa derogación.
También pide una amnistía mutua para presos políticos, la liberación de civiles detenidos durante el conflicto y medidas para proteger los derechos de los rusoparlantes en Ucrania. Por último, se exige levantar las restricciones impuestas a la Iglesia Ortodoxa ucraniana vinculada a Moscú y prohibir expresamente la apología del nazismo.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, publicó vía X su análisis de la situación: “Los rusos no ven un cese al fuego inmediato. A lo que sí están dispuestos ahora es a un alto el fuego de dos o tres días solo para recoger a sus muertos del campo de batalla. Creo que son unos idiotas, porque el objetivo de un alto el fuego es evitar que la gente muera. Así que, ya ven la mentalidad. Para ellos, es solo una breve pausa en la guerra”.
Lo que sí fue acordado entre Ucrania y Rusia: intercambio humanitario
Ambas partes lograron este lunes un acuerdo limitado de carácter humanitario. Las delegaciones confirmaron el intercambio de prisioneros de guerra menores de 25 años, soldados heridos y 6.000 cadáveres por cada bando, en un gesto que, aunque insuficiente para terminar la guerra, abre una pequeña ventana a la desescalada.
Según declaraciones recogidas por el medio Ukrainska Pravda, Zelenski advirtió que incluso antes de la operación ucraniana del fin de semana, “Rusia ya tenía planeado otro ataque a gran escala en los próximos días”, posiblemente con ataques masivos contra infraestructura civil.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha propuesto que Estambul acoja una cumbre presidencial entre los líderes de Rusia, Ucrania y Estados Unidos, como parte de un nuevo esfuerzo diplomático con actores garantes. Por su lado, La Casa Blanca respondió diciendo que Donald Trump está “abierto” a la invitación del presidente turco, para mantener conversaciones de paz tripartitas.
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