El sacerdote Don Antonio Coluccia, conocido por su lucha contra la mafia en Italia y tráfico de drogas, volvió a ser atacado en la capital italiana esta semana, según informó el diario Roma Today. El religioso, que vive protegido las 24 horas del día por las constantes amenazas que le llegan por parte de grupos criminales, dijo que no se dejará intimidar por lo ocurrido.
“Volveré. Me comprometo a servir a la ciudad. Siempre lucharé por la justicia para los ciudadanos honrados”, dijo Coluccia al medio local.
El ataque se presentó el domingo, cuando el sacerdote se detuvo a hablar con unos jóvenes en el barrio Quarticciolo de Roma, donde se celebraba una marcha contra la delincuencia. Allí, Coluccia fue agredido con tablones, botellas y palos, mientras le gritaban que se le “acababa el tiempo” y que lban a “matar”.
“Ha sido un violento ataque mafioso. Estoy segura de que Don Coluccia no se dejará intimidar, sino que redoblará sus esfuerzos para devolver la dignidad y la esperanza a los numerosos ciudadanos honrados que viven en el barrio”, aseguró Luisa Regimenti, asesora de seguridad en la región de Lacio, según recogió el diario The Guardian.
Los ataques contra Coluccia por parte de la mafia, debido a sus posiciones frente al crimen organizado, empezaron en 2014, cuando su casa y su automóvil fueron vandalizados. En 2015, dos hombres lo atacaron con un arma de fuego, aunque no resultó herido. Más recientemente, en 2023, un hombre intentó atropellarlo con una moto en las afueras de Roma y unas personas incendiaron contenedores de basura cerca de un lugar en el que se iba a presentar.
Además de Coluccia, otros sacerdotes, como el padre Maurizio Patriciello, han sido intimidados por la mafia por exponer los daños que dejaban las organizaciones mafiosas en los cultivos de la región de Campania, en el sur del país. El padre Luigi Ciotti también ha sido atacado, por lo que cuenta con un esquema de seguridad similar al de Coluccia. Él fundó la organización Libera, la cual identifica y recoge bienes confiscados a la mafia para darles un uso humanitario.
Coluccia, cabe destacar, ha trabajado con organización Libera y convirtió una casa confiscada a un capo de la mafia en un hogar para pobres y personas adictas a las drogas, lo que sirvió para que la mafia siciliana lo anotara en su lista de enemigos. En el pasado, Italia ha visto varios asesinatos de religiosos que desafían el poder de los capos mafiosos italianos, como el padre Pino Puglisi y el padre Giuseppe Diana, asesinados en 1993 y 1994, respectivamente.
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