"Estamos preparados para comenzar con la intervención de retirada a Eluana de la sonda de la nutrición e hidratación artificial", confirmó el consejero delegado, Claudio Riccobon, de la clínica concertada "Ciudad de Udine".
Todo estaba preparado desde el martes. Una ambulancia esperaba para trasladar a Eluana Englaro desde la clínica de Lecco (cerca de Milán), donde ha pasado los últimos años cuidada por unas monjas, al centro sanitario de Udine, localidad natal de su padre, Giuseppe.
En "Ciudad de Udine" esperaba un equipo médico formado por unas 20 personas que desconectarían la sonda y vigilarían durante las 24 horas del día a la mujer, como aseguró Riccobon.
Pero la clínica de Udine suspendió "temporalmente" el traslado, después de que justo algunas horas antes el Ministerio de Sanidad anunciase el envío de una circular a todas las regiones en la que prohíbe a cualquier centro médico público o privado que se interrumpa la alimentación a pacientes en estado vegetativo; una orden que impediría ejecutar la sentencia del Tribunal Supremo que el pasado noviembre autorizó, por primera vez en el país, a retirar la alimentación a una persona en estado vegetativo.
Riccobon reiteró hoy la disposición de la clínica a desconectar, de manera gratuita, a Eluana Englaro, pero anunció que, por el momento, todo está todo bloqueado "en espera de que los abogados de la familia demuestren que la circular del ministro (de Sanidad), Maurizio Sacconi, no invalida el fallo del Tribunal Supremo".
"Somos una clínica privada concertada y no queremos tener problemas legales. En cuanto se resuelvan, aquí estamos preparados para recibir a Eluana", añadió.
El responsable de la clínica "Ciudad de Udine" consideró además que la circular del Ministerio llegó con una urgencia "sospechosa" e indicó que ahora no se sabe cuándo se podrá proceder a trasladar a Eluana Englaro al centro y que se prevé "bastante tiempo".
En Italia desencadenó una dura batalla para resolver el posible conflicto de competencias entre el Tribunal Supremo y la imposición del Gobierno italiano. Para el abogado de la familia Englaro, Vittorio Angiolini, ninguna circular o directiva puede anular una sentencia del Tribunal Supremo.
Por su parte el juez del tribunal de apelación de Milán, Filippo Lamanna, que dio la autorización a Giuseppe Englaro para desconectar a su hija y que luego ratificó el Supremo, declaró el miércoles en respuesta a la circular del Gobierno "que esta sentencia es firme, no puede ser impugnada y se ha convertido definitivamente en ejecutiva".
El Gobierno insistió en que los centros sanitarios públicos y privados "tienen que respetar la orden que ha dado el Ministerio de Sanidad", como dijo la subsecretaria del Ministerio, Francesca Martini. Sanidad reiteró que la Constitución prevé que todas las personas reciban asistencia y cuidados médicos, así como también el artículo 25 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas.
De nuevo, la sociedad italiana ha vuelto a dividirse y mientras los representantes católicos aplaudieron la iniciativa del ministro de Sanidad, Maurizió Sacconi, sectores progresistas le han acusado de injerencia en la magistratura.
El presidente del Foro de las Asociaciones familiares, Giovanni Giacobbe, expresó en una nota su apoyo a la "determinación del ministro Sacconi de prohibir a los centros sanitarios interrumpir la hidratación y la alimentación de cualquier paciente, aunque sea terminal".
Mientras, Giuseppe Englaro espera que se resuelva la situación legal, y poder enterrar, como era un deseo, a su hija junto a su abuelo en un cementerio de Udine. En el momento en el que se produzca la retirada de la sonda, Eluana Englaro tardará en morir unos quince días, explicaron desde la clínica "Ciudad de Udine".