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Una nueva ley que recorta el poder de las influyentes Fuerzas Armadas de Turquía ha abierto el debate en la sociedad del país y en los medios de comunicación, que prevén una "lucha de poder entre el Ejercito y el Gobierno" islamista moderado.
La ley, aprobada el pasado viernes, monopolizó hoy el debate público, al conocerse que, según la nueva norma, los militares podrán ser perseguidos penalmente por los tribunales civiles.
La mayor formación opositora, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) , ha asegurado que llevará la ley al Tribunal Constitucional, después de acusar al gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de haberle engañado para obtener su apoyo parlamentario.
La nueva ley fue diseñada para acabar con la persecución de civiles por tribunales militares, pero abre también la puerta a que los uniformados rindan cuentas ante cortes civiles.
Este debate se produce en medio de las últimas especulaciones en la prensa sobre la aparición de un documento que supuestamente revelaría planes de la cúpula militar para derrocar al Gobierno.
El Estado Mayor del Ejército ha negado cualquier implicación y ha apuntado que ese documento tiene como fin dañar la reputación de los militares en una "campaña de propaganda".
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, respondió a las críticas de la oposición a la nueva ley subrayando que fue aprobada "contra los golpes de Estado y quienes preparan golpes de Estado".
Por su parte, varios analistas turcos apuntaron que Erdogan está fortaleciendo el papel de la Policía para que sirva de contrapeso al poder del Ejército turco.
El pasado fin de semana, Erdogan declaró en un encuentro de su formación que el "departamento de Policía es la garantía de nuestra democracia, de nuestro sistema de derecho y, en un sentido más general, de nuestro régimen".
Acabar con la influencia del Ejército en la política es uno de los pasos que la Unión Europea (UE) exige a Turquía en su camino de reformas para ingresar en el club comunitario.
Los generales turcos han llevado a cabo cuatro golpes de Estado en la historia de la República de Turquía (1960, 1971, 1980 y 1997) y recientemente, en 2007, lanzaron un duro mensaje contra las políticas del Gobierno islamista moderado de Erdogan a través de un comunicado publicado en su web, que es conocido por el "e-golpe".
Desde la llegada del AKP al Gobierno, hace ya siete años, se ha producido una lucha de poder entre la antigua elite urbana, nacionalista y laica y la nueva burguesía musulmana moderada y neoliberal.
La primera acusa a la segunda de intentar islamizar el país, mientras que los seguidores del AKP responsabilizan a los llamados "laicos" de apoyar el golpismo.