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Según Vera Putina, de 82 años, el actual Primer Ministro nació el 7 de octubre de 1950 (dos años antes de la fecha en su biografía oficial) y su padre nunca vio por él. Dos años más tarde Vera se casó con un soldado georgiano y se fueron a vivir a la patria chica de Iósif Stalin.
Mientras crecía, Putin demostró ser un niño competitivo e inteligente en la escuela local, donde estuvo entre 1959 y 1960 según registros oficiales.
Pero su destino cambió en 1960, cuando el esposo de Vera la obligó a entregarlo a sus abuelos en San Petersburgo. La mujer no volvió a verlo en casi cuatro décadas.
En el Kremlin califican la historia como “una difamación georgiana para desprestigiar al Primer Ministro” luego de la guerra entre ambos países a mediados de este año. Y se remiten a la versión oficial: los padres de su Primer Ministro, un ex oficial de la Armada soviética y una obrera de fábrica, murieron en los años 90.
“Yo solía estar orgullosa de que mi hijo fuera el presidente de Rusia. Desde la guerra, me siento apenada”, confiesa Vera.