Un nuevo escándalo se cierne sobre la gestión de Boris Johnson. El primer ministro de Reino unido, junto a su esposa, Carrie, habría participado en una fiesta para más de 100 invitados en los jardines de Downing Street, su lugar oficial de trabajo y residencia, en mayo de 2020, en pleno confinamiento, reveló la prensa este martes.
Este escándalo se suma al ocasionado por las fotos de la fiesta de navidad que se habría celebrado en diciembre de 2020, en desobediencia a las medidas sanitarias, y que fueron reveladas justo cuando el país se encontraba tomando nuevas restricciones en medio del avance de la variante ómicron.
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La fiesta de mayo de 2020, a la que finalmente habrían asistido unas 30 personas, según la BBC, habría sido convocada para el final de la tarde, bajo la invitación “trae tu propio trago”, en un correo enviado por Martin Reynolds, secretario privado de Johnson. En la época, vale la pena recordar, apenas estaba permitido verse al aire libre con una persona fuera del núcleo familiar, los eventos masivos estaban prohibidos, la gente estaba trabajando desde casa, en tanto que colegios y otros establecimientos estaban cerrados.
Kair Starmer, líder del partido laborista, dijo que Johnson debe decir la verdad al respecto. A las 12:30 GMT (7:30 hora de Colombia) los laboristas estaban convocados a una intervención urgente en la Cámara de los Comunes para presionar por respuestas.
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“Nadie necesita que un oficial les diga si estaban en una juerga con alcohol en su propio jardín. La gente está (con razón) furiosa. Sacrificaron mucho: visitar a parientes enfermos o afligidos, funerales. ¿En qué estaría pensando alguna de estas personas?”, tuiteó la exlíder de los conservadores escoceses, Ruth Davidson, luego de que Edward Argar, alto funcionario del Departamento de Salud, dijera en medios que entiende por qué la gente estaría “enfadada, molesta y herida por estas revelaciones”, pero que hay que esperar los resultados de las investigaciones lideradas por la alta funcionaria Sue Gray.
“No me invitaron a ninguna fiesta y no voy a entrar en hipótesis. Tenía claro cuáles eran las reglas en ese momento y es correcto que Sue Gray esté investigando este asunto de forma independiente”, respondió Agar a la pregunta de si había ido a la fiesta. Admitió que podría haber tenido una “palabra tranquila” con los vecinos que organizaban una fiesta para 40 personas. “Pero no voy a extrapolar de eso ni a basarme en las acusaciones en este momento”, añadió.
El escándalo llega también justo después de que se conocieran mensajes de texto en WhatsApp que Johnson nunca reportó en medio de las investigaciones por corrupción en el caso de la renovación de su apartamento con dinero de un donante conservador. Johnson, en el marco de esas conversaciones, le prometió a dicho contribuyente tener en cuenta su proyecto: un festival cultural para el Royal Albert Hall, el centro de eventos más distintivo de Londres.
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