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Tras una noche de fiesta el 24 de abril de 2022, Ben Davies agredió en repetidas ocasiones a James Howard-Jones, quien sufrió fuerte un trauma en la cabeza al caer al piso. El joven estuvo en estado de coma durante un año y tres meses.
Debido a su delicado estado de salud y los pocos síntomas de mejoría, sus familiares tomaron la decisión de donar sus órganos cuando el personal médico les sugirió darle el último adiós a James, porque no había posibilidades de recuperación.
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Sin embargo, contra todo lo que habían comunicado los expertos, James recuperó la conciencia. Al principio, solo podía hacer contacto visual y no podía moverse ni hablar. Su condición mejoró y fue trasladado a un centro de rehabilitación, pero en varias ocasiones tuvo que ser hospitalizado por convulsiones. “No sabíamos si sobreviviría o no”, cuenta su padre.
Después del accidente, Howard-Jones fue operado en varias ocasiones para ser mantenido con vida. Tras varias intervenciones fue declarado con muerte cerebral y los médicos le pidieron a su familia considerar la donación de órganos.
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Neil Howard-Jones cuenta que fueron momentos muy difíciles. ”Me hicieron preguntas que a ningún padre se le deberían hacer nunca, como si estaba dispuesto a dejar que sus órganos fueran sustraídos. Estuvimos de acuerdo en hacerlo y se estaba preparando todo para la donación de trasplantes”.
James llevaba más de un año y medio en coma, conectado a una máquina que le mantenía con vida. Tras ver que su estado de salud no mejoraba, los médicos y los familiares decidieron finalmente desconectar al joven. Pero justo antes de hacerlo, James despertó del coma. Todo un milagro, más allá de que aún sigue bajo supervisión médica y tiene secuelas físicas y psicológicas.
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“James ahora tiene una discapacidad permanente en todos los aspectos de su vida. Está expuesto a sufrir una depresión severa”, explicaba el padre haciendo referencia a que James había sido siempre un gran apasionado del deporte y ahora no lo puede practicar.
¿Que sucedió con el agresor?
Su atacante, Ben Davies, de 24 años, fue arrestado el 8 de mayo de 2022. Está condenado a dos años y cuatro meses de prisión tras haber admitido su culpa. El juez Martin Picton determinó desde el Palacio de Justicia de Gloucester que, después de que el acusado hubiera reconocido la agresión, este debía ingresar en prisión. A pesar de que el individuo aseguró que no hubo intencionalidad en la agresión, los mensajes de texto que se encontraron en su teléfono y las búsquedas que había hecho en Internet fueron pistas claves para determinar que había planeado el ataque.
