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Las medidas de Trump contra Colombia crearon caos en aeropuertos de EE. UU.

El gobierno añadió inspecciones a los pasajeros procedentes de Colombia en los puertos de entrada a EE. UU. como parte de una campaña de presión a Petro. Los efectos se prolongaron hasta el miércoles.

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Annie Correal and Simón Posada / The New York Times
03 de febrero de 2025 - 11:59 a. m.
Ciudadanos colombianos llegando al aeropuerto de la capital, Bogotá, el martes tras ser deportados de Estados Unidos.
Ciudadanos colombianos llegando al aeropuerto de la capital, Bogotá, el martes tras ser deportados de Estados Unidos.
Foto: (Federico Rios/The New York Times)
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El gobierno añadió inspecciones a los pasajeros procedentes de Colombia en los puertos de entrada a EE. UU. como parte de una campaña de presión a Petro. Los efectos se prolongaron hasta el miércoles.

Un breve y encendido enfrentamiento entre el presidente de Estados Unidos y el presidente de Colombia terminó el domingo por la noche, cuando el gobierno colombiano accedió a aceptar todos los vuelos de deportación enviados por el gobierno de Donald Trump, incluidos los vuelos militares.

Pero los efectos persistieron en los aeropuertos estadounidenses hasta el miércoles.

En un comunicado emitido el domingo por la noche, el secretario de prensa de la Casa Blanca dijo que algunas de las sanciones impuestas por Trump a Colombia —incluidas las llamadas inspecciones reforzadas en los puertos de entrada estadounidenses— seguirían en vigor “hasta que la primera carga de deportados colombianos regrese con éxito”.

Pero incluso después de que ese avión llegara al Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, la capital colombiana, el martes, los pasajeros se vieron atrapados en largas y tediosas inspecciones en los aeropuertos de Florida.

Hasta el martes por la noche, los pasajeros que llegaron en vuelos directos desde ciudades colombianas como Medellín declararon haber pasado hasta cuatro horas esperando en las filas de aduanas del Aeropuerto Internacional de Miami y del Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood.

Los pasajeros dijeron que se les colocaba en una fila separada —independientemente de su ciudadanía— y se les sometía a controles de equipaje y a revisiones en las que se les interrogaba sobre los motivos de su viaje y su conexión con el gobierno colombiano.

El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos dijo que el miércoles había recibido órdenes de dejar de realizar estas inspecciones adicionales a personas, vuelos y mercancías procedentes de Colombia.

Una portavoz de la agencia, Patricia Driscoll, declinó hacer comentarios sobre los retrasos o sobre el aparente retraso en el cese de las llamadas inspecciones secundarias.

Driscoll dijo en un comunicado que la agencia se encarga de “hacer cumplir numerosas leyes en los puertos de entrada de nuestra Nación en nombre de una variedad de otras agencias gubernamentales”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano no respondió a las preguntas sobre los problemas en los aeropuertos estadounidenses ni sobre por qué duraron hasta el miércoles, ni sobre si se había planteado el tema a Estados Unidos.

El ministerio solo compartió un comunicado de prensa que decía que “tras la llegada de los vuelos con el primer grupo de colombianos deportados”, funcionarios de ambos países se reunían esta semana en Washington para definir los “los pasos a seguir”. Una portavoz de la oficina del secretario de Estado estadounidense no respondió a una solicitud de comentarios.

Una pasajera que se vio obstaculizada por las largas inspecciones fue Leslie Appleby, quien hizo escala en Fort Lauderdale el martes de camino a Tampa, Florida, tras un viaje a Colombia. Dijo que ella y su esposo habían perdido su conexión mientras esperaban durante dos horas.

Appleby dijo en una entrevista telefónica que ella y su esposo, ambos canadienses, habían estado visitando a su hijo y a su nieto en Medellín.

Appleby y su esposo fueron acompañados a una sala, dijo, después de que pasaran sus maletas por los rayos X. “Había un centenar de personas y nos dimos cuenta de que todos los de nuestro vuelo estaban allí”, dijo, y añadió que mucha gente estaba “descontenta”.

Un colombiano que viajaba a Miami desde Bogotá el martes, quien pidió ser identificado solo por su nombre de pila, Juan, porque dijo que su empleador no le había autorizado a hablar sobre el asunto, dijo que todos los pasajeros del vuelo fueron apartados para una “inspección secundaria”.

“Fue terrible, todo el avión al cuarto, desde el piloto hasta el último, incluso los gringos”, dijo. “Devolvieron personas a Bogotá”.

Sebastián Arenas Castro, empresario y viajero frecuente entre Medellín y Florida, dijo en una entrevista telefónica que había evitado viajar el martes y que seguiría evitando los vuelos directos a Estados Unidos desde Colombia hasta que estuviera claro que los problemas se habían resuelto por completo.

“El martes estuvo en todas las noticias de Colombia. Los pilotos hablaban de ello, los pasajeros a quienes les habían revisado las maletas”, dijo Arenas.

Con doble nacionalidad estadounidense y colombiana, Arenas dijo que era propietario de dos restaurantes y de alquileres de Airbnb en Medellín, así como de una empresa de diseño gráfico y de negocios de estacionamientos en Estados Unidos.

“La verborrea procedente del gobierno estadounidense ha asustado francamente a un montón de colombianos legítimos que viajan regularmente a Estados Unidos”, dijo Arenas. “Hay bastantes personas que tienen operaciones comerciales en ambos lugares, y ralentizar eso fastidia los negocios en ambos lugares”, dijo.

Entre los pasajeros del martes había también muchos ciudadanos estadounidenses que regresaban de Medellín, que se ha convertido en los últimos años en un destino popular para los turistas estadounidenses.

El lunes, algunos viajeros colombianos fueron deportados rápidamente tras aterrizar en Estados Unidos, entre ellos empleados del Banco Mundial, debido a la prohibición de viajar y a las restricciones de visa que el presidente Trump impuso también a los colombianos un día antes.

El miércoles por la tarde, los viajeros procedentes de Colombia que llegaban a Estados Unidos dijeron que ya no se les apartaba para someterlos a inspecciones adicionales.

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Por Annie Correal and Simón Posada / The New York Times

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Carmen(d6co2)03 de febrero de 2025 - 12:48 p. m.
Esto también sucedió en enero de 1988, después de que Pablo Escobar se escapó. Yo llegué a Miami con una bebé de 1 mes y un niño de 5 años. Esperé horas en la fila y la amabilidad de un agente de la aduana me salvó de que me sacaran cada objeto de la maleta.
Luis(23532)03 de febrero de 2025 - 12:35 p. m.
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