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En la historia de la humanidad hay un fenómeno que desde los orígenes de la civilización ha estado presente: la guerra. Ha habido períodos tensos, en que los antiguos imperios se enfrentaban para conquistar enclaves estratégicos; y otros capítulos donde más de 20 naciones adoptan el discurso del combate y se enfrentan entre sí, como sucedió en la Segunda Guerra Mundial.
Pero en 2022 algo cambió. La guerra, ese acto casi tan antiguo como el ser humano, ya no puede ser ganado. Al menos así lo afirma el último informe del Instituto de Economía y Paz. Y es que los 12 meses que comprendieron el 2022, tanto los tanques en Ucrania, las balas de Sudán y los cañones en Oriente, han generado que ese año haya sido el más violento para la humanidad desde 1994.
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Al haber analizado la situación de más de 160 países, el Instituto, que anualmente publica un informe sobre la seguridad en el mundo, concluyó que desde el genocidio en Ruanda de 1994, los niveles de conflicto no habían llegado a un punto tan alto.
Este es el noveno año desde 2014 en que los datos revelan tendencias decrecientes en el ámbito de paz y seguridad a nivel mundial, recoge el informe, que afirma que las muertes provocadas por guerra han aumentado un 96 % respecto a 2021, con 238.000 fallecidos.
En su balance el IEP asegura que las ofensivas entre el Kremlin y Kiev, la guerra de Etiopía, el regreso de los talibanes a Afganistán y muchos otros conflictos no solo promovieron la muerte de personas, sino que generaron un escenario de seguridad deteriorada en sus regiones específicas.
Por ejemplo Sudán, el país africano que ya supera los dos meses de ofensivas entre Ejército y paramilitares, generó incertidumbre, migraciones y tensiones constantes en los países vecinos.
El Índice de Paz Global es un proyecto que mide el grado de convulsión en el mundo con datos cuantitativos de 163 países, que comprenden el 99,7 % de la población.
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Esto se debe en parte a que “las guerras en la actualidad no se pueden ganar: con una población civil resiliente y adecuadamente armada, los ejércitos no pueden fácilmente sublevar a la población, los conflictos se vuelven endémicos”, agregó.
Un total de 79 países han sufrido un aumento generalizado en sus niveles de convulsión, sobre todo Etiopía, Myanmar, Ucrania, Israel y Sudáfrica. Las guerras en Ucrania y Etiopía han causado el mayor número de muertes en 2022, con unas 83.000 y 100.000 víctimas como consecuencia del conflicto, respectivamente.
Ante este escenario, Steven Killelea, fundador del instituto, afirmó que “se necesita encontrar nuevas maneras de alcanzar la paz, porque estos conflictos no terminan y el coste económico es inmenso”
“La innovación tecnológica destinada a un uso militar, como los drones o incluso las redes sociales, están cambiando la manera en la que se hace la guerra. En el caso de Ucrania, el gobierno recaba datos de inteligencia en vivo, sin procesar, desde las redes sociales”, dijo.
El impacto económico
Los países más “pacíficos”, muestra el informe, son Islandia, Dinamarca, Irlanda y Nueva Zelanda. Por sexto año consecutivo, Afganistán es el país menos pacífico, seguido de Yemen, Siria, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo.
Europa sigue siendo la región más estable del mundo, pero Killelea matiza que “tensiones geopolíticas y el deterioro de las relaciones con países vecinos conllevan una creciente la militarización, en parte por la cercanía con Ucrania y Rusia... Europa es en general menos segura de lo que era hace 15 años”.
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En el caso de Latinoamérica, Uruguay y Colombia serían el país más seguro y el más conflictivo, aunque de manera general, a pesar de la “inestabilidad política” y “la omnipresencia del crimen organizado”, la situación en los países de América del Sur mejora paulatinamente respecto a años anteriores.
En términos económicos, el impacto global de esta escalada de violencia generalizada ha aumentado un 17 % respecto al año anterior, con un coste de US$17,5 billones en 2022, lo que equivale a un 12,9 % del PIB global.
En particular, el impacto económico de la violencia en Ucrania ha aumentado un 479% o US$449.000 millones, el equivalente al 64 % del PIB del país.
Además, 92 países han aumentado su gasto militar desde 2008: los mayores incrementos provinieron de China, EE. UU. y la India.
El informe señala que la internacionalización de los conflictos, causada por intervención de terceros países (como es el caso de Siria, Ucrania o Libia), aumentó “considerablemente” en 2022, con un total de 91 países involucrados en conflictos externos en comparación con los 58 países partícipes en 2008.
El estudio recalca que las tensiones geopolíticas entre EE. UU. y China, el intervencionismo militar generalizado, el bajo coste de producción y el fácil acceso a cierta tecnología militar (el uso de drones aumentó en un 40,8 % en 2022) augura unos años venideros abocados al conflicto.
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