El expresidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, podrá quedarse en Singapur al menos dos semanas más, el tiempo que el Gobierno de la ciudad-Estado asiática ha extendido su visado, después de que llegara a la isla el 14 de julio, huyendo de las multitudinarias protestas en su país que pedían su renuncia.
Según el diario oficial isleño The Straits Times, las autoridades singapurenses han extendido dos semanas más el visado de corta estancia (inicialmente de 14 días) que fue otorgado a Rajapaksa cuando aterrizó en la ciudad-Estado asiática, de modo que ahora expira el próximo 11 de agosto. La noticia surge un día después de que el portavoz del Gobierno de Sri Lanka, Bandula Gunawardena, afirmara que Rajapaksa ha descartado el exilio y tiene previsto regresar a su país, en respuesta a si una reciente denuncia contra el exlíder por presuntos crímenes de guerra afectaría su posible vuelta a Sri Lanka. “No creo para nada que el expresidente esté en el exilio porque fue a ese país (Singapur) con un visado oficial. Esto está bajo los derechos que cualquier otra persona tiene. Sabía que regresaría”, afirmó Gunawardena el martes.
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Rajapaksa llegó a Singapur el 14 de julio, empujado por la revuelta social en Sri Lanka, que pedía su dimisión por la severa crisis económica que atraviesa el país, y al día siguiente hizo efectiva su renuncia a través de una misiva enviada desde la ciudad-Estado. Apenas una semana antes, miles de manifestantes habían asaltado durante la noche la residencia oficial del exdirigente, obligándolo a permanecer escondido durante varios días, hasta que pudo abandonar su país a bordo de un avión militar, primero rumbo a Maldivas y, posteriormente, a Singapur.
En la pequeña isla de 5,7 millones de habitantes, a la que Rajapaksa acostumbraba a viajar para revisiones médicas, el expresidente ha mantenido un perfil bajo, ayudado por la censura del Gobierno semiautoritario singapurense, y no ha sido visto en público desde su llegada. Según el diario The Straits Times, Rajapaksa se alojó inicialmente en un hotel en el centro de la ciudad-Estado, pero “se cree” que ahora se encuentra en una residencia privada. Las autoridades isleñas han afirmado que no han garantizado asilo al expresidente esrilanqués y que él no lo ha solicitado.
La extensión de la estancia de Rajapaksa en Singapur coincide con la presentación de una denuncia penal ante el fiscal general de Singapur por parte de la ONG Proyecto Internacional de la Verdad y Justicia (ITJP, en inglés), en la que se le solicita a la isla el arresto inmediato del exlíder, al que se le acusa de crímenes de guerra. La organización “exige el arresto, la investigación y la acusación de Rajapaksa” por su papel como excomandante militar en 1989 “a cargo de un distrito donde al menos 700 personas desaparecieron bajo su mando”, y por su papel como ministro de Defensa al final de la guerra en 2009, informó en un comunicado el ITJP. La fiscalía de Singapur no se ha pronunciado públicamente al respecto.
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