Los 35 muertos en el ataque a una mezquita de la minoría chiita hazara fueron enterrados hoy en la ciudad de Gardiz, capital de la provincia oriental de Paktia donde ocurrieron los hechos, en una ceremonia a la que acudieron cientos de personas entre medidas de seguridad reforzadas.
El Ejército afgano y la Policía multiplicaron sus efectivos en la zona para mantener la seguridad, explicó Samkanai.
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Según la fuente, en esta jornada hubo lecturas especiales de versos del Corán en la zona de Khawja Hasan de la capital, donde dos insurgentes disfrazados con burkas hicieron detonar ayer los chalecos explosivos que portaban, matando al menos a 35 personas e hiriendo a 81.
El portavoz del gobernador provincial, Abdullah Hasrat, aseguró a Efe que el domingo tendrá lugar un rezo especial en la gran mezquita de Gardiz, en honor de las víctimas y sus familiares. Los talibanes afirmaron en la red social Twitter que no están detrás del ataque, cuya autoría no ha reclamado ningún grupo.
La minoría chiita hazara es objeto en Afganistán de ataques de grupos insurgentes radicales, como el Estado Islámico (EI) o los talibanes, aunque en este caso se desconoce el responsable. El pasado 22 de abril, una acción suicida perpetrada por el EI contra un centro electoral en una zona de Kabul con una gran población de la minoría chií hazara causó al menos 69 muertos y 120 heridos.