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Según un informe presentado por la ONG Ecoterra con sede en Nairobi (Kenia), en la actualidad estas agrupaciones ilegales tienen secuestradas 30 embarcaciones extranjeras con al menos 510 tripulantes a bordo.
Además, según el estudio, a partir de septiembre, cuando los vientos monzones de la zona bajan su intensidad, los piratas incrementaron sus actividades. Prueba de ello es que tan solo en el último mes habrían capturado a 100 cien personas.
Para la ONG, otro de los factores que inciden directamente en el aumento de secuestros es que, buscando esquivar las patrullas que vigilan la zona, los piratas han ido alargado su campo de acción al este, acercándose a India, y al sur de las islas Maldivas.
La subsecretaria general de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, B. Lynn Pascoe, mostró su preocupación por el aumento de este fenómeno y aseguró que el problema radica en que este tipo de acciones son muy bien remuneradas: “Los incentivos que mueven a los piratas son obvios. La piratería es lucrativa, hay pagos desde US$10 millones de dólares”.
En ese sentido, uno de los sectores que más pérdidas han tenido es el asegurador, que lleva más de US$100 millones. Buscando solucionar este problema, el gremio ha considerado contratar una flota privada de 20 embarcaciones con guardias a bordo que garantice la seguridad de los barcos que navegan la zona.
Por otro lado, en las últimas semanas surgió un problema jurisdiccional en esta lucha, ya que debido a que los delitos son perpetrados en aguas internacionales, las autoridades locales no pueden juzgar a los incriminados.
En los últimos días, las autoridades de Kenya han tenido que liberar a más de nueve piratas que se amparan en estas disposiciones jurídicas.
Por El Espectador
