Al menos 207 personas murieron, entre ellas, posiblemente, 27 extranjeros (de los que se han identificado a 5), y más de 450 resultaron heridas hoy, en el Domingo de Resurrección más sangriento en Sri Lanka, después de una serie de explosiones simultáneas en cuatro hoteles, un complejo residencial y tres iglesias, donde numerosos fieles celebraban una de las grandes festividades cristianas.
El número de muertos asciende por ahora a 207, afirmó el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara, mientras que varias fuentes hospitalarias elevaron la cifra total de heridos a 450.
Tras las ocho explosiones, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia y la policía ha impuesto el toque de queda con efecto inmediato ante el temor a nuevos ataques.
Las seis primeras explosiones ocurrieron de forma coordinada hacia las 8.45 horas (2.30 GMT) en al menos tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en Batticaloa, en el este de la isla, explicó Gunasekara.
La séptima detonación, en la que hubo dos fallecidos, se registró horas más tarde en un pequeño hotel situado a unos 100 metros del zoo de Dehiwala, un suburbio ubicado a una decena de kilómetros al sur del centro de Colombo, en tanto que la octava y última, hasta el momento, tuvo lugar en un complejo de viviendas en la zona de Dermatagoda, también en la capital, sin que hayan trascendido más detalles.