La cifra de muertos por el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Birmania ya superó las 3.000. La crisis se agrava por la falta de suministros médicos y la destrucción de la infraestructura. La principal carretera a Sagaing está destrozada, lo que impide la llegada rápida de ayuda. Además, el puente Ava sobre el río Irawadi, clave para conectar la región, se derrumbó, dejando a miles incomunicados.
“No hay suficiente material médico”, advirtió Titon Mitra, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la ONU en Birmania. Por miedo a réplicas, muchos pacientes reciben tratamiento fuera de los hospitales.
Sin embargo, en medio del desastre, algunas historias de supervivencia han emergido como un testimonio de resistencia humana.
Un maestro que bebió su propia orina
Estuvo cinco días atrapado bajo los escombros de un hostal en Sagaing. Sin comida ni agua, Tin Maung Htwe, un maestro de 47 años, logró sobrevivir recurriendo a un último recurso: beber su propia orina.
“Mi cuerpo ardía y lo único que necesitaba era agua. Como no tenía, tuve que reponer el agua que mi cuerpo necesitaba con fluidos que salían de mi cuerpo”, relató el maestro desde una camilla en el hospital, con oxígeno en la nariz y vías intravenosas en los brazos, según la AFP.
“No he muerto, así que ahora puedo hacer lo que quiera”, dijo con una sonrisa.
Cuando los rescatistas malasios lo encontraron, su hermana Nan Yone no pudo contener la emoción.
“Estaba bailando, llorando y golpeándome el pecho de lo feliz que estaba”, contó.
Encerradas en la oscuridad: grabaron su angustia tras el terremoto
A cientos de kilómetros de distancia, dos adolescentes atrapadas junto a su abuela en los restos del edificio Sky Villa en Mandalay documentaron su angustia en video. Atrapadas entre paredes derrumbadas y cables sueltos, filmaron su lucha por sobrevivir.
En el video, una de ellas golpea los escombros y grita pidiendo ayuda, mientras su abuela, con el rostro ensangrentado, permanece sentada en el reducido espacio que compartían.
“No sabíamos si alguien nos escuchaba, pero no queríamos rendirnos”, dijo una de las jóvenes tras su rescate, según recogió Infobae.
Rescatada tras 60 horas bajo los escombros
En Mandalay, una mujer atrapada bajo los restos del Great Wall Hotel logró ser rescatada tras 60 horas de angustia. El operativo de cinco horas concluyó con un momento de esperanza, cuando los rescatistas lograron sacarla con vida de entre los escombros. Un video del rescate muestra a los espectadores aplaudiendo mientras la mujer es llevada en camilla.
“Fue un milagro encontrarla en buenas condiciones”, declaró la embajada china en Myanmar, que participó en las labores de rescate, según The Guardian.
En otros puntos de Mandalay, la situación ha sido aún más trágica. En un complejo de apartamentos, los rescatistas lograron liberar a una mujer embarazada después de dos días atrapada, pero su estado era crítico y falleció poco después.
“Hemos perdido demasiadas vidas, pero seguimos buscando sobrevivientes”, comentó un voluntario.
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