El aparente ataque sin precedentes contra cientos de personas en Líbano este martes tuvo un elemento clave en común: el porte de bíperes, localizadores o pagers, un dispositivo inalámbrico de radiocomunicación cuya popularidad cayó con la aparición de la telefonía celular en los años noventa, pero que sigue teniendo usuarios debido a sus particulares características.
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Hasta el momento, se habla de al menos nueve personas muertas tras las explosiones de bíperes registradas este martes, casi 3.000 heridos, 200 en condición crítica, según las autoridades sanitarias de Líbano.
Mientras que el grupo armado Hezbolá, contra el que se cree que iba dirigido el ataque, ha acusado a Israel de lo sucedido y prometido tomar represalias, ninguna entidad se ha atribuido la responsabilidad de los hechos.
Las explosiones se registraron en suburbios del sur de Beirut considerados bastiones de Hezbolá. Según el grupo, en un comunicado citado por Reuters, entre las muertes hay al menos dos de sus combatientes y una niña.
Otros países, como Estados Unidos, se han desmarcado diciendo que no estuvieron involucrados en ninguna operación relacionada.
En todo caso, se trataría de la “mayor violación de seguridad” del grupo en casi un año de enfrentamiento con Israel por su arremetida contra la Franja de Gaza, según un funcionario de Hezbolá, que habló bajo reserva de identidad a la citada agencia de prensa.
Aunque se ha hablado de un supuesto ataque cibernético, una de las hipótesis que han tomado fuerza con el pasar de las horas es la implantación previa e inadvertida de explosivos en los bíperes que estallaron.
La detonación se habría hecho de manera remota, dijo un experto de seguridad que también habló bajo reserva de su identidad, esta vez a Sky News.
¿Cómo son los bíperes que explotaron?
Según distintas fuentes, los bíperes, compactos aparatos diseñados para recibir cortos mensajes de texto, que se muestran en su pequeña pantalla, además de vibrar y emitir sonidos (de ahí su nombre beeper, en inglés, adaptado al español como “bíper”), serían usados por Hezbolá para evitar la detección e interceptación de sus comunicaciones.
Además, estos dispositivos tradicionalmente se han utilizado para la comunicación en áreas remotas, por lo que su uso entre la población civil no es infrecuente.
“Los agentes de las unidades de seguridad de Hezbolá cambiaron a dispositivos de mensajes cortos como parte de la lucha contra las escuchas telefónicas y como preparación para dañar las infraestructuras de comunicación de banda ancha en caso de guerra”, afirma el centro israelí de investigación de inteligencia IntelliTimes.
Según la misma fuente, los localizadores involucrados serían los “Gold Apollo”, de fabricación taiwanesa y que usan pilas alcalinas AAA.
“Dado que el dispositivo funciona en frecuencias de comunicación y no navega en una red de Internet, es posible atacarlo a través de señales”, agregó el centro.
Al igual que otras fuentes, IntelliTimes apunta a que los dispositivos fueron llevados al Líbano con un artefacto explosivo ya implantado en ellos.
“Si nos fijamos en el aspecto de un kit, esta posibilidad existe debido a la contaminación del dispositivo o de las baterías. La activación se puede cronometrar mediante una señal a una determinada frecuencia electrónica”, añadió.
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