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“Bush se hace el de la vista gorda con los errores de Uribe”

El gobernador de Nuevo México es el primer hispano que aspira a la Presidencia de Estados Unidos. Aunque las encuestas lo ubican en el cuarto lugar para ganar la nominación demócrata, expertos lo ponen en el primer puesto para convertirse en el vicepresidente de quien resulte elegido como candidato oficial del partido.

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Edwin Andrés Martínez T. / Nueva York
16 de noviembre de 2007 - 06:57 p. m.
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A solo tres meses de iniciarse la contienda política por la Presidencia de Estados Unidos, El Espectador habló con Bill Richardson, el primer candidato de origen latino que compite por la nominación del Partido Demócrata. En perfecto español y con una amabilidad reconocida en todo el país, el actual gobernador del estado de Nuevo México y ex secretario de Energía del gobierno de Bill Clinton, dejó ver su preocupación por el Plan Colombia, criticó a George Bush por su ausencia en América  Latina y prometió ser el hombre del cambio para su país y para el hemisferio.

¿Qué tanto daño le ha hecho el presidente George Bush al país con la Guerra en Irak?

Es dolorosamente claro que el desastre de George Bush con la invasión a Irak ha resquebrajado nuestra credibilidad internacional. Ha dañado nuestras alianzas, ha envalentonado a nuestros enemigos, ha mermado nuestro tesoro, ha agotado nuestras fuerzas armadas y ha alimentado la rabia global contra nosotros. Esa guerra le cuesta al país $8 billones de dolares al mes y el presidente Bush no ha demostrado ni competencia ni honradez con su gestión en ese tema.

Si usted llegara a la Casa Blanca, ¿cómo manejaría esta situación?

Lo he dicho varias veces y lo vuelvo a repetir. Tenemos que retirar a todas nuestras tropas de Irak. No debemos dejar ninguna fuerza residual estadounidense en ese país. La mayoría de los iraquíes, y otra gente de la región cree que estamos allí por su petróleo, y esa opinión es explotada por los grupos insurgentes en contra nuestra. Como presidente yo retiraría todas nuestras tropas de Irak en un periodo de un año.

¿Cómo ve el manejo que le ha dado el gobierno republicano a América Latina?

El daño no solo ha sido en Irak sino también en América Latina. La diplomacia vaquera de Bush no solo nos ha llevado a ignorar los retos urgentes en nuestra propia región sino que ha alienado a nuestros amigos en el hemisferio. El se olvidó de la región y las consecuencias se hicieron evidentes cuando el señor Bush recorrió América Latina en marzo pasado. El sentimiento antiamericano está creciendo a niveles alarmantes y por negligencia hemos convertido a muchos de nuestros aliados naturales en amigos de momento y a otros en enemigos absolutos.

¿Cómo ve la estrecha relación que existe con Colombia, casi que su único aliado en la región?

El presidente Bush ve a Colombia y a la administración del presidente Álvaro Uribe como un aliado. Sin embargo se hace el de la vista gorda con errores y muchos problemas que el presidente Uribe no ha manejado adecuadamente. Este año los Estados Unidos le han dado a Colombia $55 millones de dólares en ayuda, principalmente militar, mientras la producción de coca ha crecido y la violación a los derechos humanos continúa en niveles alarmantes. Por eso pienso que hay que ponerle más atención al Plan Colombia y creo que es necesario revaluarlo.

En términos generales, ¿por qué los demócratas tienen tantas prevenciones con Colombia?

Me preocupan varias cosas. La organización Human Rights Watch ha reportado que 26 sindicalistas han sido asesinados este año y muchos de esos crímenes siguen sin resolverse. Muchos más han sido amenazados. Tambien veo con preocupación que el gobierno de Uribe no ha ganado suficiente control sobre la guerrilla y los grupos paramilitares. Estos grupos continúan aterrorizando a la población civil y muchas personas han sido asesinadas o heridas con minas antipersonales. Los asesinatos extrajudiciales son también un problema que tiene que ser manejado con leyes más fuertes y autoridades judiciales imparciales a nivel local y nacional.

Si llegara a ser presidente de Estados Unidos, ¿Qué cambiaría de la actual relación con Colombia?

Colombia es un aliado pero insisto en que hay que revisar el Plan Colombia. Menos ayuda estadounidense debería ser asignada para las labores militares y la fumigación aérea, que entre otras cosas  ha demostrado no ser eficaz para reducir la producción de coca, y que además es dañina para la gente y el medio ambiente. En cambio, habría que reforzar el tema de apoyo a los derechos humanos, los pueblos indígenas y las poblaciones rurales, así como a la protección del medio ambiente.


¿Qué va a pasar con el Tratado de Libre Comercio con Colombia?

La versión actual del tratado comercial bilateral entre los Estados Unidos y Colombia debería ser reforzada para proteger a los pequeños agricultores, ayudar a proporcionarles el acceso a las instituciones y a los servicios financieros y permitirle al gobierno colombiano más flexibilidad para prevenir la devastación en sus sectores agrícolas más vulnerables.

Se habla mucho de la transición en Cuba. ¿Mantendría el embargo a la isla?

El presidente Bush ha impuesto restricciones severas sobre las visitas familiares y las remesas. Yo me opongo a estas reglas crueles y contraproducentes. Por eso estoy dispuesto a cambiar la política actual y quitaría el embargo si Cuba se mueve hacia la democracia.

Otro tema espinoso para Bush son las relaciones con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. ¿Cómo manejar  este tema?

Hay que tomar en serio a líderes como Chávez, pero no porque dicen la verdad sino porque están aprovechándose del rencor hacia los Estados Unidos y ampliándolo para el beneficio de sus propios propósitos. Yo tendría un diálogo con él.

¿Qué va a pasar con  los millones de indocumentados que hay en Estados Unidos?

Les digo que yo promoveré una reforma migratoria humana: no podemos deportar a los doce millones de personas sin papeles que ya están aquí. Por eso es necesario caminar hacia su legalización, pero después también hay que vigilar la frontera y castigar a los empleadores que contraten a trabajadores indocumentados.

¿Seguiría con la construcción del muro en la frontera?

No. Yo nunca he apoyado la construcción de un muro en la frontera como sí lo aprobaron los senadores Barak Obama y Hillary Clinton. Esos candidatos hablan sobre el cambio y sin embargo votaron por su construcción. Necesitamos un nuevo modo de pensar en la Casa Blanca pues si la política sobre América Latina empieza con un muro entre culturas, rápidamente se hundirá y solamente dejará escombros.

¿Por qué usted debe ser el próximo presidente de Estados Unidos?

Porque yo soy la mejor opción. Soy el candidato que tiene más experiencia, más calificaciones y una acción más positiva para Estados Unidos. Además soy el primer latino en ser candidato a la Presidencia y puedo hacer un buen trabajo con América Latina porque conozco no solo el idioma sino también la región. Mi madre mexicana me enseñó a valorar y respetar la cultura latina y mi padre estadounidense me hizo sentirme orgulloso de ser de aquí.

En el ala demócrata las encuesta ponen a la senadora Hillary Clinton a la cabeza. ¿Qué piensa de ella?

Es una candidata a la que respeto mucho, pero estoy seguro que la quiero vencer.

¿Seria ella una buena opción para el país?

Ella es buena pero simplemente yo soy mejor.

El hombre de la diplomacia

Bill Richardson, conocido como el hombre de la diplomacia, nació en Pasadena, California, en 1947. Además de ser el gobernador de Nuevo México, su experiencia política incluye 14 años en el Congreso de Estados Unidos como representante de su estado, embajador ante las Naciones Unidas y secretario de Energía durante el gobierno de Bill Clinton.

Hijo de una inmigrante mexicana y de un banquero norteamericano, Richardson vivió en la capital de México hasta los 13 años. Ha sido delegado en varias negociaciones políticas internacionales como la liberación de presos en Irán y secuestrados en Sudán. Pese a que las encuestas en el Partido Demócrata por la Presidencia lo ubican en el cuarto lugar después de la senadora Hillary Clinton, el senador afroamericano Barack Obama y John Edwards, quien fue la fórmula vicepresidencial de John Kerry en las pasadas elecciones, expertos aseguran que es uno de los hombres más fuertes dentro de su partido y que de no ganar la nominación presidencial puede ser escogido como el vicepresidente del que venza las primarias demócratas.

Ser latino, tener experiencia política dentro de una anterior administración y venir de la región oeste del país, donde muchos estados son republicanos, lo ponen como el as político que podría mover varios votos claves para definir si el sucesor de George Bush tiene corbata demócrata.

Los candidatos

Todo vale en la carrera por la Presidencia que está por decidirse en las filas del Partido Demócrata. Senadores, gobernadores y representantes hacen parte de la lista de quienes aspiran a convertirse en el candidato oficial del partido, que se escogerá dentro de tres meses. La carrera se calienta.

Joe Biden: Senador por el estado de Delaware. Lleva 34 años en el Senado y tras la victoria demócrata es el nuevo presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Las encuestas lo ubican en los últimos lugares de preferencia del partido, aunque es un legislador muy importante en el Congreso estadounidense.

Christopher Dodd: Senador por el estado de Connecticut. Lleva ya 32 años en el Senado y tras la victoria demócrata es el presidente de la Comisión de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos.

John Edwards: Ex senador de Carolina del Norte y ex precandidato presidencial. Ha intentado en otras oportunidades ganar la nominación del Partido Demócrata. Después de tan sólo seis años en el Senado se presentó a vicepresidente en 2004, acompañando a John Kerry. Es muy popular y uno de los favoritos, aunque los expertos lo ubican más como fórmula para la vicepresidencia.

Dennis Kucinich: Congresista de Ohio. Tras una década en la Cámara de Representantes, anunció su candidatura. Las encuestas no lo ubican entre los cinco favoritos.

Barack Obama: Senador de Illinois. Aunque sólo lleva dos años en el Senado, es el político demócrata más popular del momento. Es el primer candidato de raza negra con serias posibilidades de éxito. Su falta de experiencia es su punto débil.

Hillary Rodham Clinton: Senadora de Nueva York. Recién reelegida como miembro del Senado, es la favorita para alcanzar la nominación demócrata. Es la primera mujer con serias posibilidades de éxito y cuenta con un asesor de lujo: su marido, el ex presidenteBill Clinton, que sigue gozando de una gran popularidad. Según las últimas encuestas, la señora Clinton cuenta con el 38% de aprobación popular, lo que la ubica en el primer puesto. De ganar, su gran rival, será el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.

Por Edwin Andrés Martínez T. / Nueva York

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