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La oficina del alguacil del condado de Butte, en California, actualizó la cifra de desaparecidos a última hora del domingo para situarla en 993, lo que supone 283 personas menos que los 1.276 de los que se había informado el sábado.
Las autoridades no aclararon los motivos que han llevado a rebajar el dato, pero en los últimos días han insistido en que las estimaciones pueden variar a medida que los agentes recopilan y contrastan toda la información derivada de las llamadas y correos electrónicos que denunciaron la desaparición de alguien.
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"Ésta es una lista dinámica. Fluctuará arriba y abajo cada día", dijo a los periodistas el alguacil del condado de Butte, Kory Honea, según el diario Los Angeles Times.
Honea admitió el viernes pasado que algunas de las personas en la lista podían figurar dos veces, mientras que otros podían estar a salvo y no saber que alguien les estaba buscando.
El incendio bautizado como "Camp Fire" comenzó el pasado 8 de noviembre y ha engullido por completo la localidad de Paradise, de 26.000 habitantes, y destruido más de 13.000 edificios.
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Los bomberos, que en las últimas horas han visto cómo el fuerte viento les dificultaba las tareas de extinción, confían en las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología, según las cuales el miércoles llegarán las primeras lluvias a una zona extremadamente seca que no ha visto llover desde hace meses.
Los meteorólogos están "casi seguros" de que ese día habrá precipitaciones en el condado de Butte, donde se desarrolla el incendio, aunque no en una cantidad suficiente como para que haya riesgo de desprendimientos de tierras en la zona arrasada por el fuego.
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El agua también aliviaría la situación en gran parte del resto del estado, que desde hace días se encuentra en alerta roja por la mala calidad del aire, ya que el humo se desplaza cientos de kilómetros hasta alcanzar áreas muy pobladas como Sacramento, la capital del estado, y la bahía de San Francisco.