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Mujeres devotas ortodoxas rezan en la Iglesia Bole Medhanialem durante el Enkutatash, la festividad del Año Nuevo etíope en Addis Abeba, Etiopía, el 11 de septiembre de 2022.
Foto: AFP - AMANUEL SILESHI
Animales muertos de sed, cultivos secos, tierra árida y polvorienta. Esas imágenes reflejan la crisis de hambre en el Cuerno Africano. Una sequía histórica y devastadora junto a una intensa crisis económica que los países viven por cuenta de la COVID-19 han desatado el hambre en la región que azota entre 18 y 21 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia, pero el país más duramente afectado por el fenómeno es Etiopía, que vive la mayor crisis de hambruna del mundo de la última década, según advierte el último informe Hunger Hotspots del Programa Mundial de Alimentos -PMA- de la ONU. Pero a los problemas estructurales de la zona se suma uno local que agrava aún más la situación: la guerra.
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Por José David Escobar Franco
Periodista de investigación y asuntos internacionales. Internacionalista con énfasis en América Latina y el Caribe.@JoseD_Escobarjdescobar@elespectador.com