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El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) condenó el asesinato en Somalia del locutor radiofónico Abdullahi Mire Hashi, quen fue tiroteado el pasado 27 de octubre, y pidió a las autoridades somalís que investiguen el caso.
"Las autoridades de Somalia tienen la solemne obligación de investigar el asesinato de Abdullahi Mire Hashi y de llevar a sus responsables ante la justicia", dijo el portavoz del CPJ para África Subsahariana, Muthoki Mumo, en un comunicado fechado en la capital keniana.
El productor y locutor fue asesinado el pasado sábado después de atender los rezos de la tarde en una mezquita cercana a su estación de radio, en la ciudad de Elasha Biyaha, a unos 17 kilómetros de Mogadiscio.
Los francotiradores dejaron se dieron a la fuga después del ataque, según señalaron medios locales, que apuntan a que el asesinato pudo ser una venganza hacia la emisora, dedicada a cubrir asuntos religiosos, y que dejaba fuera de antena las noticias relacionadas con el grupo yihadista Al Shabab.
Según el Índice de Impunidad Global del CPJ, publicado el pasado día 29, Somalia es el primer país del mundo en el que más asesinatos contra periodistas quedan impunes, un puesto que la nación africana repite por cuarto año consecutivo. Este índice señala que entre septiembre de 2008 y agosto de 2018, 25 periodistas fueron asesinados con impunidad en este país.
"Somalia sigue siendo el peor país del mundo en garantizar la justicia en los asesinatos de periodistas e investigar estos ataques es la clave para afrontar el ambiente de miedo en el que opera la prensa", continúa el comunicado.
La ciudad en la que trabajaba este locutor es particularmente insegura y recibe ataques constantes por parte de Al Shabab, especialmente, contra la base de la misión de la Unión Africana (UA) que se encuentra desplegada allí.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin un Gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados.
Según cifra la CPJ, en la última década, al menos 324 periodistas han sido silenciados mediante el asesinato en todo el mundo, y en el 85 % de los casos los autores no han sido condenados.