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La Audiencia de Múnich (sur de Alemania) condenó a cuatro años de prisión a un hombre originario de Montenegro que fue detenido con armas y explosivos en su coche cuando se dirigía a París el 5 de noviembre del año pasado, pocos días antes de los sangrientos atentados yihadistas.
El hombre, que durante el juicio confesó que era consciente del material que transportaba en su coche pero negó en todo momento saber para qué iba a ser utilizado, fue condenado por violar, entre otras normas, la ley de control de armas de guerra.
La Fiscalía reconoció que no se habían encontrado pruebas que relacionaran al hombre con los terroristas de la capital francesa, donde el 13 de noviembre se registraron una serie de ataques coordinados con 130 muertos, 89 de ellos en la sala de conciertos Bataclan, y más de 350 heridos.
Antes de hacer pública la sentencia hubo un acuerdo entre la fiscalía, la defensa y el juzgado, que había ofrecido al acusado una pena máxima de cuatro años y tres meses si confesaba, después de haber asegurado en los primeros interrogatorios que desconocía que transportaba armas.
La Fiscalía argumentó en su pliego de acusación que el acusado había recibido alrededor de 2.000 euros por transportar las armas y consideraba que, dado el arsenal hallado, debía presuponer que serían utilizado en un atentado terrorista.
El hombre fue detenido en un control cuando conducía en dirección a Múnich un Volkswagen Golf con matrícula de Montenegro.
En una primera inspección los agentes encontraron junto al motor dos pistolas y una granada de mano, y al revisar a fondo el vehículo hallaron ocho kaláshnikov con munición, dos pistolas, un revólver, dos granadas de mano y 200 gramos de explosivo TNT.
En el navegador del coche figuraba como destino una dirección de París, que también estaba anotada en un papel, y según la ruta marcada en el GPS, el conductor había partido de Montenegro y había atravesado Croacia, Eslovenia y Austria hasta llegar a Alemania.