Nuevo disparo de un “misil balístico no identificado” de Corea del Norte. Así lo informó el jueves el Estado Mayor Conjunto surcoreano, indicando que el proyectil habría caído en el mar de Japón.
Expertos señalan que el lanzamiento estaba “programado” para coincidir con la declaración del ministro norcoreano de Relaciones Exteriores, Choe Son Hui, quien criticó las recientes conversaciones de mandatarios sobre su actividad nuclear.
Choe añadió a Estados Unidos que cuanto más intente fortalecer su alianza de seguridad con Japón y Corea del Sur, “más feroz será la contra respuesta” de Corea del Norte. Durante la cumbre del G20, en Bali, el presidente estadounidense Joe Biden instó a su homólogo chino Xi Jinping a usar su influencia para controlar a Corea del Norte tras una ola de lanzamientos de misiles.
En la cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático en Camboya, Biden también conversó con sus pares de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, sobre formas de abordar la amenaza de los “programas ilegales de armas de destrucción masiva y balísticas” norcoreanas. Días atrás, Washington respondió a las pruebas norcoreanas con una ampliación de sus ejercicios militares con Corea del Sur, incluyendo el envío de un avión bombardero estratégico.
Según analistas, Pyongyang aprovecha la oportunidad de hacer pruebas de misiles prohibidos porque confía en evitar nuevas sanciones de la ONU dado el estancamiento en el organismo mundial por la guerra rusa en Ucrania.
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