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Corea del Sur vive uno de los incendios más mortales, con al menos 27 fallecidos

Las llamas han afectado más de 35.000 hectáreas y han provocado la apresurada evacuación de 27.000 personas. Desde principios de siglo no se veía una incendio así de fuerte, aunque desde el año pasado el calor y la sequía ya venían afectando al país.

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27 de marzo de 2025 - 01:05 p. m.
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Los incendios que asotan el sudeste de Corea del Sur se han convertido en los más grandes y mortíferos jamás registrados en el país, con al menos 27 muertos, según anunciaron el jueves las autoridades.

Más de una docena de ellos arden desde el fin de semana, afectando más de 35.000 hectáreas y provocando la apresurada evacuación de 27.000 personas ante el rápido avance de las llamas, avivadas por el fuerte viento y el clima seco.

El Ministerio de Interior y Seguridad afirmó que 27 personas murieron y decenas resultaron heridas. El balance, que probablemente aumente, es el peor desde el inicio de la recogida de estadísticas de incendios en 1987.

El jefe del servicio de desastres y seguridad, Lee Han-Kyung, señaló que las llamas calcinaron más de 35.000 hectáreas, superando de largo las casi 24.000 de un incendio ocurrido en el 2000, que hasta hace poco era considerado el más extenso. “El incendio se expande rápidamente”, advirtió este responsable.

Las autoridades reconocieron que los cambios en la dirección del viento y el tiempo seco estaban revelando las limitaciones de los métodos de extinción convencionales.

La mayoría de las víctimas son residentes de la zona afectada, principalmente personas ancianas, en una brutal muestra de la grave crisis demográfica y de la despoblación de las zonas rurales surcoreanas.

También fallecieron al menos tres bomberos y el piloto de un helicóptero que se estrelló en una zona montañosa, dijeron responsables públicos.

El fuego amenaza también múltiples sitios históricos de la zona, entre ellos una antigua academia confuciana y una aldea de casas tradicionales, declaradas patrimonio mundial por la Unesco.

Calor y sequía en Corea del Sur

En 2024, el país vivió su año más cálido jamás registrado, con una temperatura media de 14,5 °C, dos grados por encima del promedio de los últimos 30 años.

Vista de un incendio forestal en la montaña del condado de Cheongsong, provincia de Gyeongsang del Norte, en Corea del Sur.
Vista de un incendio forestal en la montaña del condado de Cheongsong, provincia de Gyeongsang del Norte, en Corea del Sur.
Foto: EFE - JEON HEON-KYUN

La región afectada por los incendios también atravesaba una época con un tiempo inusualmente seco y con precipitaciones por debajo de la media, según las autoridades.

Aunque hay fenómenos de meteorología extrema claramente vinculados al cambio climático, como las canículas o las lluvias torrenciales, otros sucesos como los incendios o las sequías pueden obedecer a una combinación más compleja de factores. Sin embargo, cargos públicos y expertos surcoreanos vinculan estos episodios a la crisis climática.

“Las zonas afectadas solo recibieron la mitad de la lluvia habitual, que, combinada con unos inusuales fuertes vientos, aceleró dramáticamente la expansión del fuego”, dijo Lee, de la agencia de gestión de desastres.

El experto Yeh Sang-Wook, profesor de climatología de la Universidad Hanyang, en Seúl, declaró que la falta de lluvia hizo que el suelo se secara y “creó condiciones favorables para los incendios forestales”.

Otro experto de la Universidad Nacional de Pusan, Hong Suk-hwan, apunta también a la gestión forestal en el país, que, en su opinión, ha priorizado la conservación de grandes pinos de resina aceitosa en lugar de optar por plantar árboles de hoja caduca.

Precisamente, en el templo de Bongjeongsa, la estructura de madera más antigua de Corea del Sur, sus responsables decidieron talar un pino de 200 años para preservar este monumento, también protegido por la Unesco. “No teníamos otra opción que talarlo (...). El fuego se expande rápidamente de un pino a otro”, dijo el jefe de los monjes.

En la antigua academia confuciana de Byeongsan Seowon, los bomberos impregnaron con agua el lugar para intentar protegerlo de las llamas. “Lanzamos tres toneladas cada día”, dijo uno de los bomberos.

Sin embargo, Choi Young-ho, otro bombero en el lugar, afirmó que estaban a merced del viento. “Si hay viento fuerte, traerá las llamas desde lejos, una situación muy preocupante”.

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