Una compañía de Nueva Zelanda ha ideado una alarma silenciosa que detecta los componentes para crear metanfetaminas cristalina o “ice” y detectar así laboratorios ocultos en los que se produce la droga.
Cada año, las fuerzas de seguridad intervienen unos 200 laboratorios clandestinos de “ice” en Nueva Zelanda, donde esta droga es la segunda más popular después de la marihuana y se le atribuye un incremento en el número de delitos violentos.
El “ice”, conocido como “shabú” en Filipinas, es una de las drogas más consumidas en el Sudeste Asiático y Oceanía.
Una dosis de 0,1 gramos de la sustancia, con una calidad del 80 por ciento, alcanza un valor en el mercado de algo más de 44 dólares estadounidenses en Australia.
Según los expertos, el estupefaciente es altamente adictivo y provoca efectos de alucinaciones y psicosis más potentes que los de la heroína o el LSD.