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Los combates entre las miicias de Trípoli, que estallaron el pasado 26 de agosto en el barrio meridional de Salaheddin, próximo al antiguo aeropuerto, se han extendido a toda la capital de Libia y han obligado a miles de personas a huir de sus casas y buscar refugio en escuelas y hospitales.
Testigos explicaron a Efe que varios proyectiles de mortero han caído de forma indiscriminada, incluso en barrios alejados de los combates callejeros, tanto en el centro de la urbe como en el distrito de Ain Zara.
En este último, cerca de 400 presos aprovecharon los choques para derribar la puerta de la cárcel en la que se encontraban y emprender la fuga, confirmaron a Efe fuentes policiales.
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"La mayor parte son presos comunes y gadafistas que apoyaron al dictador durante la revolución del 17 de febrero" de 2017, que acabó con los 42 años de tiranía de Muamar al Gadafi, explicó la fuente policial.
La intensidad de los combates obligó el pasado viernes a cerrar el tráfico aéreo en la base militar de Mitiga, único aeropuerto en funcionamiento de la capital, y dejó a cerca de 60 familias atrapadas en el llamado "Triángulo Suzuki", sin acceso al agua y a la electricidad.
En este contexto, la misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL) convocó hoy a los diferentes grupos en conflicto a una reunión para tratar de frenar los combates.
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En un breve comunicado difundido este lunes a los medios, UNSMIL explica que la reunión responde al deseo de la secretaría general de la ONU de resolver la situación y a la petición del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) libio, que ha solicitado la mediación internacional.
"El diálogo tendrá lugar el mediodía del martes en un lugar que será anunciado más tarde" explica la nota, sin detallar qué grupos y milicias han sido convocadas a esta reunión calificada "de carácter urgente".
Los enfrentamientos estallaron el domingo en un área densamente poblada del barrio de Salehdin, bajo el control de la "Séptima Brigada" y de la milicia Al Kani, antes vinculada al ministerio de Defensa del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), que sostiene la ONU en Trípoli desde abril de 2016.
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En el otro bando combaten las Brigadas Revolucionarias de Trípoli, la Fuerza Especial de Disuasión (RADA), la Brigada Abu Selim y la Brigada Nawassi, todas adscritas a los ministerios de Interior y de Defensa del citado Ejecutivo, al que financia la Unión Europea.
RADA ha acusado a la "Séptima Brigada", que al parecer cuenta con el apoyo de Salah Badi, un miliciano de la ciudad de Misrata al que se considera uno de los principales responsables de la guerra civil, de ser una quintacolumna del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del Ejecutivo del este de Libia.
Tanto el Consejo de ancianos de Trípoli como la comisión de mediación integrada por las ciudades de Tarhuma, Misrata, Zintan, Zawia y Trípoli han tratado de negociar un alto el fuego, hasta la fecha sin éxito.
El último intento, que incluía la entrada de una fuerza neutral formada por milicias del centro y el oeste de región militar tripolitana, fue rechazado por la "Séptima Brigada", ligada a Badi, uno de los responsables del inicio de la guerra civil que hasta hace unos días estaba exiliado en Turquía.