La nueva canciller colombiana, Claudia Blum, delineó la semana pasada sus prioridades en esta cartera. Entre otros temas, señaló las relaciones con Cuba como uno de los puntos claves de su agenda. “Nuestro país debe seguir demandando la cooperación debida de todos los Estados en la lucha contra el terrorismo, cuyos responsables no deben encontrar amparo en territorio alguno”, aseguró la ministra desde Washington hace varios días.
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Un tema delicado si se tiene en cuenta el giro que dio Colombia hacia la isla el pasado 7 de noviembre, cuando se abstuvo de votar el proyecto de resolución que anualmente presenta Cuba en la Asamblea General de Naciones Unidas, que condena el bloqueo impuesto por Estados Unidos a la isla.
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El excanciller y exembajador de Colombia en Cuba (1998-2010) Julio Londoño hace un análisis de lo que puede seguir entre los gobiernos de Bogotá y La Habana.
¿Cómo cambia el panorama esa abstención de Colombia frente a la condena del embargo a Cuba en la ONU?
Colombia ha señalado que la decisión que adoptó se debe al hecho de que el gobierno de Cuba no haya respondido favorablemente la solicitud de extradición de los cabecillas del Eln que se encuentran en Cuba y que reivindicaron el atentado contra la Escuela General Santander.
Exigirle a Cuba que entregue a los negociadores, teniendo en cuenta que hay un protocolo firmado y amparado por la comunidad internacional, ¿no es un pedido poco razonable?
El problema reside en que los miembros del Eln, estando en Cuba y negociando, reivindican semejante atentado. El Gobierno tiene que saber que en su línea de conducta, el gobierno de Cuba no considera la posibilidad de extraditar a ninguna persona que se encuentre en su territorio; es la política que ha seguido la isla desde el triunfo de la Revolución.
¿Decir que Cuba ampara a terroristas no es una ofensa contra un Estado que ha ayudado a Colombia en la construcción de la paz?
El gobierno de Cuba no es de los países que ha estado contribuyendo y colaborando con el terrorismo, esa situación no se presenta. Lo que pasa es que el Gobierno de Colombia, en diversas administraciones, le pidió ayuda al gobierno cubano para ser el facilitador de las negociaciones con el Eln. Participé durante los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe en diálogos con ese grupo, sin resultados.
¿Esos protocolos para facilitar justamente esos procesos de paz ya no funcionan?
El hecho es este: se presentó una circunstancia especial, el atentado aberrante en la Escuela General Santander. Algo que no es nuevo, porque el Eln durante las negociaciones que ha tenido con los diferentes gobiernos ha continuado con sus ataques a la población civil, no ha cesado los secuestros y otros hechos delictivos; esa ha sido la constante. Solo por períodos muy breves, el Eln ha adoptado la decisión de suspender sus actos beligerantes. El Gobierno, al pedirle a Cuba que sirviera como facilitador para la paz, debía haber tenido en cuenta esas actitudes del Eln.
¿Qué salida le queda a Cuba en el caso del Eln?
Creo que Cuba mantiene su línea: ellos interpretan que como el Gobierno de Colombia solicitó su colaboración en la mediación con el Eln, pues tiene una condición especial que le impide acceder a la extradición de los cabecillas de ese grupo que se encuentran en su territorio. Posición que es apoyada por otros países, incluyendo Noruega, que fue uno de los facilitadores en ese proceso.
¿Ve posible una ruptura de relaciones entre Cuba y Colombia?
No creo. Las características del gobierno de Cuba son conocidas no solamente por Colombia, sino por toda la comunidad internacional. No sé cómo se vaya a resolver esa situación, pero eso no da para rompimiento de relaciones; desde que Colombia y Cuba restablecieron relaciones durante el gobierno de César Gaviria (1991) ese ha sido su actuar, eso no va a cambiar por esta coyuntura.
Usted fue embajador en Cuba. ¿Hemos vivido otro momento como este con la isla?
No recuerdo una situación como la actual. Lo que sí había sucedido es la acometida de otros delitos por parte del Eln -el secuestro del Focker de Avianca, La María, etc.- y otros actos que esa guerrilla cometió mientras estaba en proceso de negociación o enmarcados dentro de la colaboración que se le había pedido a Cuba para adelantar diálogos.
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Hay analistas que sugieren que detrás de la presión a Cuba está aislar más a Venezuela.
No creo. Es conocido que desde la época de Hugo Chávez la colaboración cubana con Venezuela se incrementó. Incluso, durante el gobierno de Nicolás Maduro la relación La Habana-Caracas sigue siendo amplia. Eso no puede ser afectado por la posición de Colombia. Cuba no va a retirarle su apoyo a Venezuela.
¿Se ha equivocado la diplomacia cubana en el caso colombiano?
El hecho de que estos señores del Eln estén en Cuba y hayan reivindicado públicamente un acto de terrorismo es un asunto grave. Pero, por otra parte, dudo mucho de que el gobierno cubano cambie su actitud. Menos cuando hubo una solicitud de parte del Gobierno colombiano para que colaborara en ese proceso. Esa decisión genera una marca especial que complica esto.
Por redacción internacional
