Las cinco personas detenidas en Plymouth (sur de Inglaterra) en varias redadas en aplicación de la ley antiterrorista del Reino Unido podrían haber planeado actos contra la cumbre del G-20, que tendrá lugar el jueves próximo en Londres.
Según la agencia local Press Association (PA), que cita una fuente sin identificar, los detenidos son activistas políticos que podrían haber intentado trastocar la cumbre del G-20 (grupo de los veinte países industrializados y emergentes más importantes), aunque sin causar heridos o muertos.
Por su parte, la cadena pública británica BBC indicó que, al parecer, los arrestos están "vinculados a la cumbre del G-20 del 2 de abril en Londres", aunque no concretó sus fuentes.
La reunión, a la que acudirán los principales líderes mundiales (el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, entre ellos), ha provocado la puesta en marcha de un enorme dispositivo de seguridad en el que participan miles de agentes.
Desde Scotland Yard, un portavoz se limitó a decir que, de momento, "no hay información que sugiera un cambio de la amenaza que afrontan las manifestaciones (previstas con motivo de la cumbre) o el G-20".
Ese mismo portavoz subrayó que la investigación de los detenidos se encuentra en una "etapa muy temprana" y que "no ayuda la especulación sobre la capacidad, intención o motivación de los arrestados".
Los sospechosos -tres hombres de 25, 19 y 16 años y dos mujeres de 20 años cada una- fueron arrestados durante los últimos tres días y están siendo interrogados, precisó anteriormente un portavoz de la Policía de los condados sureños Devon y Cornualles.
Las detenciones se efectuaron después de que los agentes encontraran armas, imitaciones de armas, artefactos sospechosos y "material relacionado con ideología política" extremista en el registro de una vivienda, indicó la misma fuente.
Las redadas se practicaron tras la detención el pasado viernes de un varón de 25 años, en cuya casa se descubrieron los mencionados artículos.
Según la Policía, la investigación no está vinculada a ningún grupo religioso y se centra en "actividad política en la que están implicados nacionales británicos".
La operación tampoco guarda conexión con el terrorista suicida Nicky Reilly, de 22 años, que fue condenado a 18 años de cárcel el pasado enero.
Reilly, un musulmán converso que vivía con su madre en Plymouth, fue persuadido por extremistas para perpetrar el pasado año un ataque con una bomba de clavos en un restaurante de Exeter (sur de Inglaterra), si bien el explosivo le estalló en las manos y sólo causó daños materiales en el establecimiento.
Por Agencia EFE
