Aunque según la tradición, Jesús ascendió al cielo después de resucitar al tercer día, en Jerusalén, capital de Israel, existen varios sitios en los que se cree que estuvo enterrado su cuerpo tras morir crucificado.
La disputa entre el Santo Sepulcro y la Tumba del Jardín
Por siglos se ha considerado el Santo Sepulcro como el lugar en el que permaneció el cuerpo de Jesús, venerado por distintos cultos como el católico y el judío. Sin embargo, Ariel Horovitz, director del Moriah International Center, afirmó a Fuente Latina que, hacia el siglo XIX, se descubrió un sitio arqueológico que cobró relevancia para los cultos protestantes:
«Es una disputa entre los protestantes y el resto del mundo cristiano. El resto del mundo cristiano considera que este lugar —el Santo Sepulcro— es el sitio de los hechos: el lugar de la crucifixión, la sepultura y la resurrección. En cambio, los protestantes sostienen que el verdadero lugar es el Jardín de la Tumba, ubicado a unos 500 metros, un sitio que fue descubierto en el siglo XIX. A partir de ese momento, los protestantes, quizá influidos por su ideología anticatólica, decidieron que ese era el lugar auténtico de los acontecimientos», explica.
Los argumentos del Santo Sepulcro
Según Horovitz, uno de los principales argumentos a favor de esta ubicación es que se encontraba fuera de lo que entonces era Jerusalén, una ciudad mucho más pequeña. Además, guarda cierta distancia de las murallas que la cercaban, tal como requerían las leyes judías de la época.
También cita registros de obispos del siglo II que describen sitios muy similares al Santo Sepulcro. Asimismo, en el lugar se halla una tumba que, supuestamente, fue el sitio de reposo del cuerpo de José de Arimatea, el mismo que costeó la sepultura de Jesús.
«Los romanos, bajo el emperador Adriano, reprimieron una dura rebelión judía entre los años 132 y 135 d.C. en la tierra de Israel, específicamente en Jerusalén. Adriano no distinguía claramente entre quiénes eran judíos y quiénes cristianos, ya que hablamos de los inicios de la división entre ambas comunidades. En ese contexto, Adriano mandó construir un templo a Venus justo en este lugar. ¿Con qué propósito? La teoría más aceptada sugiere que aquí venían judeocristianos —judíos que creían en Jesús como el Mesías— a venerar el sitio. Para provocarlos, Adriano habría decidido levantar el templo pagano de Venus en este mismo lugar», relata.
Horovitz añade que existen registros de la emperatriz Elena, madre del emperador Constantino, quien visitó este lugar en un peregrinaje a Jerusalén y ordenó la construcción de uno de los primeros templos en el Santo Sepulcro.
¿Cuáles son los otros sitios?
Además del Santo Sepulcro y de la Tumba del Jardín, Horovitz explica que, sin mucho sustento, se cree que Jesús fue enterrado en el Monte de los Olivos, lugar donde oraba cuando fue arrestado por el Sanedrín.
De igual forma, cita que en un cementerio cercano al Valle de Hinom, en las afueras de la antigua Jerusalén, se encontraron tumbas con inscripciones que dieron pie a la conjetura de que allí fue sepultado. Sin embargo, Horovitz las descarta, afirmando que, según las Escrituras, Jesús fue enterrado en una tumba nueva, mientras que esta teoría ubica el lugar en medio de un cementerio común.
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