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Este martes se cumplen dos años desde que inició una sangrienta lucha de poder entre el Ejército sudanés y un grupo paramilitar. Denominada por Naciones Unidas como la peor crisis humanitaria, el país africano ha visto cómo cerca de 13 millones de personas han tenido que huir de sus hogares, desatando una ola creciente de desplazamiento a países vecinos como Egipto, Sudán del Sur, Chad y Libia.
Más de 150.000 individuos han muerto en medio de los enfrentamientos y se estima que 25 millones se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria, además de que 8 millones están al borde de la hambruna.
¿Por qué hay una guerra civil en Sudán?
Los hechos de hoy se remontan a cuando, tras el golpe de Estado de 2021, se instauró un consejo de generales compuesto por dos militares: Abdel Fattah al-Burhan, jefe de las Fuerzas Armadas y presidente del país, y su adjunto y líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), el general Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como “Hemedti”.
Las tensiones entre estas dos figuras están detrás de lo que está sucediendo ahora en el país africano, pues ellos no supieron ponerse de acuerdo sobre la transición hacia un gobierno civil. Quizás lo más delicado del asunto tuvo que ver con los planes para incluir en el Ejército a las RFS, con unos 100.000 hombres, además de la gran incógnita sobre quién dirigiría la nueva fuerza militar.
El 15 de abril de 2023 empezaron los ataques entre ambos bandos. Entonces, el grupo paramilitar capturó Darfur, partes del estado de Kordofán y, hasta hace poco, controló gran parte de la capital, Jartum. El Ejército, en cambio, mantuvo presencia en la mayor parte del norte y el este sudanés, incluido un puerto clave en el mar Rojo.
Otros países en la guerra
Algunas voces han dicho que las RSF han recibido el apoyo de los Estados africanos vecinos, incluidos Chad, Libia y Sudán del Sur, durante toda la guerra. A la par, los Emiratos Árabes Unidos han sido señalados de armar al grupo paramilitar, aunque el país del Golfo Pérsico lo ha negado. También se habla de que el Ejército ha usado drones de fabricación iraní para retomar el control sobre partes de Jartum.
Ahora bien, en medio de la crisis, hay quienes han denunciado el abandono internacional. Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional, dijo: “Hoy es un día de vergüenza. Vergüenza para los perpetradores de este terrible conflicto en ambos bandos, que han causado un sufrimiento inimaginable a la población civil. Vergüenza para el mundo por mirar hacia otro lado mientras Sudán arde en llamas. Vergüenza para los países que siguen echando combustible al fuego”.
La organización internacional denunció que ambos actores en disputa, así como sus aliados, han incurrido en violencia sexual contra mujeres y niñas, en torturas y muertes por inanición, así como en detenciones y homicidios, y bombardeos de mercados, campos de personas desplazadas y hospitales. "A pesar de estas atrocidades, gran parte del mundo ha optado por la pasividad", agregó Guevara Rosas.
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