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Los equipos de bomberos rescataron este miércoles a dos hombres que quedaron bajo los escombros de un hotel impactado de Naipyidó, la capital birmana, cinco días después del terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el viernes a la zona centro-norte del país.
En un primer momento, los socorristas extrajeron a uno de los hombres que estuvo atrapado en el piso inferior de un edificio de seis plantas, según se ve en un video del Departamento de Servicios de Bomberos.
Consciente y aturdido, el hombre, de apariencia joven y que se encontraba tumbado a oscuras en el suelo con el torso desnudo y cubierto por el característico ‘longyi’ birmano, prenda que se envuelve alrededor de la cintura y llega hasta los pies, fue instalado rápidamente en una camilla para trasladarlo al hospital.
Minutos más tarde, a través del mismo agujero perforado entre el amasijo de escombros, los efectivos sacaron también en brazos al segundo hombre, que empezó a recibir primeros auxilios, mientras los equipos de rescate aplaudían y se abrazaban.
Esa es una de las pocas historias de rescate exitoso cinco días después del sismo, que ha dejado al menos 2.886 fallecidos y por encima de 4.600 heridos, según dijo la junta militar, que detenta el poder en el país desde el golpe de Estado de 2021. El martes se informó que una mujer que estuvo atrapada por 91 horas fue también encontrada viva en la capital, tras lo cual fue rescatada con éxito.
Naciones Unidas y la organización Médicos sin Fronteras subrayaron ayer que la falta de agua potable amenaza con empeorar la situación en las zonas más cercanas al epicentro, como la ciudad de Mandalay o la de Sagaing (ambas a unos 17 kilómetros del mismo), con miles de personas durmiendo a la intemperie cerca de cadáveres. Naipyidó, donde tuvo lugar el rescate de hoy, también se vio afectada. Su aeropuerto permanece cerrado a vuelos comerciales y su torre de control está destrozada.
Según el gobierno militar, cerca de 1.500 rescatistas de 16 países participan en las tareas de ayuda de Birmania. Desde un primer momento, las organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, pidieron que el país no frene el ingreso del apoyo humanitario, como ha sucedido en otras ocasiones.
Se sabe que, de momento, Australia dará US$4.5 millones adicionales a los US$1.25 millones que ya se había comprometido a dar. Por su parte, India ha enviado ayuda aérea y dos buques de la Armada con suministros, además de que ha proporcionado unos 200 rescatistas. Otros países también han mandado equipos, incluyendo 270 personas de China, 212 de Rusia y 122 de los Emiratos Árabes Unidos. Estados Unidos, en medio de los recortes de su ayuda internacional, proporcionará US$2 millones.
Mientras que los rebeldes declararon un alto al fuego unilateral por un mes para facilitar la respuesta humanitaria a la emergencia provocada por el sismo, el jefe de la administración militar no se mostró dispuesto a adoptar la misma postura.
De hecho, Amnistía Internacional afirmó haber recibido testimonios que corroboran los informes de ataques aéreos cerca de las zonas donde se concentraron los esfuerzos de asistencia. “No se puede pedir ayuda con una mano y bombardear con la otra”, declaró Joe Freeman, investigador de Birmania en la organización.
El país se encuentra sumido en una guerra civil con múltiples grupos armados de la oposición desde el golpe de Estado de 2021, cuando el Ejército arrebató el poder al gobierno electo de la premio nobel de la paz, Aung San Suu Kyi.
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