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Dos israelíes se apropian del tema iraní

En su manos descansa la perspectiva de un ataque en contra de Irán.

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Ethan Bronner / © 2012 / The New York Times News Service
02 de abril de 2012 - 04:00 p. m.
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Jerusalén. El primer ministro Benjamín Netanyahu y el ministro de la Defensa Ehud Barak se han convertido en la extraña pareja de la política israelí en cuyas manos descansa la perspectiva de un ataque en contra de Irán. Provenientes de tradiciones políticas opuestas y con experiencias y perspectivas mundiales diferentes, ambos han forjado un estrecho vínculo, a menudo excluyendo al resto de la dirigencia israelí.

Para Netanyahu, un arma nuclear de Irán sería el equivalente del siglo XXI de la maquinaria de guerra nazi y la Inquisición Española: el último intento por destruir a los judíos. Impedirlo es la misión de su vida. Para Barak, quien desdeña rumores de un segundo Holocausto y teme por la existencia de Israel, es un desafío sobre estrategia: “zonas de inmunidad” y “líneas rojas”, los detalles operativos de un ataque en contra de instalaciones nucleares de Irán.

“Todos los dirigentes tienen Gabinetes de cocina, pero Netanyahu y Barak han formado una cocineta de dos”, destacó Nahum Barnea, columnista del diario Yediot Aharonot, en una entrevista. “No han discutido sobre Irán con el resto del gobierno en semanas y se han convencido de que existe una sola forma de lidiar con Irán: la suya”.

Un oficial israelí de alto rango que trabaja estrechamente con ambos líderes, quien habló con la condición de mantenerse en el anonimato, confirmó que el Gabinete no había hablado últimamente sobre Irán, pero destacó que la preparación detallada y organizada desde hace ya tiempo había pasado a la posibilidad de un ataque militar.

De los dos hombres, dijo, “uno se ve a sí mismo como un salvador, en tanto el otro vive para una buena operación. Son una pareja extraña que ha llegado a apreciarse. Juntos, controlan este tema”.

Netanyahu es el líder del conservador Partido Likud y creció en la tradición revisionista del sionismo relativa a maximizar el territorio, afrontar decisivamente a los oponentes de Israel y rechazo hacia el casi socialismo de David Ben-Gurion, el primer ministro fundador. Barak creció en una granja colectiva internada en las profundidades del corazón del sionismo laborista, y tras una larga y condecorada carrera militar se convirtió en el presidente del Partido Laborista. Sirvió brevemente como primer ministro antes de perder el respaldo popular y unas elecciones ante Ariel Sharon, en 2001.

“En la superficie, al parecer son muy diferentes”, comentó Daniel Ben-Simon, integrante tendiente a la izquierda del Parlamento por el Partido Laborista, quien trabajó con Barak. “Netanyahu no puede desvincular a Israel del Holocausto. Se ve a sí mismo como el primer ministro del pueblo judío. Barak es el máximo israelí, el príncipe del sionismo. Muchos pensaron que Barak contendría a Netanyahu con respecto a Irán. En vez de eso, se le unió en un espectáculo de dos hombres”.

Si bien muchos aquí temen una catástrofe si Israel ataca a Irán, Barak y Netanyahu argumentan cada vez más que pudiera no haber otra opción. Su opinión es que dada la alternativa entre Irán con armamento nuclear - a lo cual dicen que podría usarlas en contra de Israel directamente o a través de representantes, así como acicatear una carrera armamentista en la región - y las consecuencias de un ataque sobre Irán antes de que pueda volverse nuclear, es preferible esto último. Habrá un contraataque, destacan: se perderán vidas y habrá destrucción de propiedades. Sin embargo, aseguran que es el menor de dos males.

“Caerán cohetes sobre este edificio, pero las cosas serían mucho peores si Irán obtuviera la bomba”, dijo un oficial de alto rango que ha trabajado para ambos hombres, desde el vestíbulo de un hotel junto al mar en Tel Aviv.

Agregó que Netanyahu y Barak se estaban “reuniendo uno a uno con ciertos ministros del Gabinete a fin de darle forma a una mayoría en el 14”, refiriéndose al Gabinete de seguridad de 14 integrantes.

Se han conocido desde hace ya largo tiempo atrás y han desarrollado una fuerte dependencia mutua
. La carrera política de Barak, que en alguna época parecía tan prometedora, ahora depende considerablemente de su relación con Netanyahu. Y dada la limitada experiencia militar de Netanyahu, sin el respaldo de Barak, quien es visto como un genio militar, él tendría problemas para ganar el apoyo hacia su política. Barak, de 70 años de edad, fue uno de los comandantes de Netanyahu, de 62 años, en la unidad de élite Sayeret Matkal en la que ambos sirvieron a comienzos de los 70. Ambos también se han vuelto relativamente acaudalados en años recientes a raíz de discursos y consultorías cuando no estaban en el gobierno, y ambos sienten que entienden la política estadounidense particularmente bien.

Si efectivamente decidieran atacar, necesitarían el respaldo de una mayoría del Gabinete de seguridad. La mayoría de los estimados dice que ellos obtendrían ese respaldo, aunque la votación pudiera ser tan cerrada que podría terminar en 8 votos a favor y 6 en contra. Pero, al mantener el tema fuera de la agenda del Gabinete por ahora, podrían estar contando con buscar una votación de último minuto, cuando sería más difícil para los ministros oponerse al ataque.

Irán dice que su programa nuclear es puramente para uso civil, aunque potencias occidentales creen que su objetivo radica en producir armas. Israel apunta a repetidas declaraciones de dirigentes iraníes pronunciándose por su destrucción y al financiamiento y armas iraníes para grupos que combaten a Israel. De cualquier forma, Estados Unidos dice que la diplomacia y sanciones en contra de las industrias financiera y de energía de Irán necesitan tiempo antes de que se llegara a considerar la acción militar.

Se cree ampliamente que el reciente viaje de Netanyahu a Washington le ha dado algo de ese tiempo al presidente Barack Obama, y no se prevé un ataque en los próximos meses.

Tanto Netanyahu como Barak dicen que se sentirían deleitados si la presión sobre Irán condujera a que abandone su programa nuclear.
Sin embargo, ninguno piensa que sea probable, debido al corto marco temporal a medida que Irán traslada sus centrifugadoras bajo tierra, más allá de la capacidad militar de Israel para destruirlas.

La opinión pública con respecto al tema no es clara, aunque Netanyahu sigue siendo muy popular y Barak es respetado ampliamente como ministro de la Defensa. En encuestas sobre Irán, diferentes preguntas arrojan diferentes resultados. Un sondeo preguntó a israelíes si favorecían un ataque sin la ayuda estadounidense y una considera mayoría, 63 por ciento, respondió negativamente. Sin embargo, otro les preguntaba si los israelíes consideraban que en ataque en contra de Irán era más riesgoso que “vivir a la sombra de una bomba nuclear de Irán”, y 65 por ciento prefería el ataque, siguiendo la línea del argumento de Netanyahu y Barak.

Algunos dicen que es la inusual combinación de Netanyahu con Barak lo que podría conducir a un ataque, y si bien algunos se sientes agradecidos, otros están aterrados. Meir Dagan, uno de los exdirectores de la agencia de espionaje del Mossad, se ha quejado de que no se puede confiar en que ambos líderes tomen la decisión correcta. Ben Caspit, columnista político del diario Maariv, ex activista del Likud y severo detractor de Netanyahu, escribió en el diario el fin de semana pasado que los consideraba peligrosos.

Usando el mote de Netanyahu, dijo: “Bibi es un mesiánico. Cree con toda su alma y hasta cada molécula de su ser que él - no sé bien cómo expresarlo - es el Rey David. No es cínico ni en lo más mínimo. Aquí el cínico es Barak. El aspecto afortunado es que Bibi es un cobarde. El aspecto peligroso es que tiene a Barak a su lado”.

Por Ethan Bronner / © 2012 / The New York Times News Service

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