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La suerte de Chen Guangcheng, el famoso disidente ciego que huyó el 22 de abril de su arresto domiciliario y llegó a la embajada de Estados Unidos en China, es incierta. Después de permanecer varios días en la delegación diplomática estadounidense, Chen accedió a abandonar el lugar, según diversas fuentes, por amenazas de parte de las autoridades chinas. Sin embargo, Jerome Cohen, analista del Consejo de Relaciones Exteriores, aseguró que el disidente llegó a un acuerdo con el gobierno chino, acuerdo que fue respaldado por el presidente, Barack Obama.
“Pekín prometió que tanto el activista por los derechos humanos como su familia serían tratados humanamente y llevados a un lugar seguro”, dijeron funcionarios estadounidenses, horas después de que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llegara a China para conversaciones planeadas con anterioridad. Clinton y el secretario del Tesoro, Tim Geithner, están en Pekín para tratar con el gobierno chino asuntos económicos y de seguridad en la que hoy se considera la conferencia más decisiva del mundo.
La importante cumbre anual, sin embargo, comienza con una exigencia de China a EE.UU. para que este país se excuse por “inmiscuirse en asuntos internos”. Pero Washington no guarda silencio y, según sus funcionarios, al menos temporalmente parece resuelto un episodio que había generado una crisis inesperada en las relaciones entre las dos mayores potencias en la actualidad.
Según analistas, los dos países tratarán de lograr que el asunto no deje huella en sus relaciones, pero las marcas ya son imborrables, pues los derechos humanos y el papel que Estados Unidos asume en esa materia generan malestar en China.
Chen Guangcheng , abogado ciego, conocido por haber denunciado abortos y esterilizaciones forzosas a más de 7.000 mujeres en su provincia natal, Shandong, cumplió cuatro años y tres meses de cárcel por destrucción de propiedades y crear alborotos públicos. Esta sentencia fue, según grupos de derechos humanos, una venganza de las autoridades locales por su activismo. Después de cumplir la pena, fue confinado en su casa de Shandong, donde él y su familia sufrieron maltratos y vejaciones. ¿Qué sigue ahora para Chen? Sus seguidores temen que su vida esté en peligro.