EE Explica: ¿Por qué es tan difícil una tregua en Libia?

Las conversaciones de paz para Libia celebradas en Moscú han fracasado. La lucha de poderes ha perpetuado el caos en el país y muchos temen que esta guerra se pueda convertir en una “segunda Siria” para el mundo.

- Redacción Internacional
15 de enero de 2020 - 01:00 a. m.
Combatientes leales al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Libia, reconocido internacionalmente, vigilan el techo de un edificio en una zona al sur de la capital libia, Trípoli. / AFP
Combatientes leales al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Libia, reconocido internacionalmente, vigilan el techo de un edificio en una zona al sur de la capital libia, Trípoli. / AFP

Las negociaciones internacionales para la resolución del conflicto en Libia, originado en 2011 tras la muerte del líder Muammar el Gadafi, se han diluido de nuevo. La guerra luce interminable para quienes habitan en este país ubicado al norte de África, rico en petróleo, pero pobre en paz. Y muchos organismos y autoridades internacionales temen que esta pueda escalar a los niveles de Siria. Estas son, en pocas palabras, las claves de la batalla por Libia, y la razón por la que una tregua a la guerra se ha convertido en una misión tan difícil.

¿Qué pasó en Libia?

En 2011, en el marco de la Primavera Árabe, el líder y hombre fuerte de Libia, Muammar el Gadafi, fue derrocado y asesinado. Desde entonces, el país se ha sumido en un caos perpetuo, pues varias milicias y tribus rivales compiten por el poder y por Trípoli, la capital.

¿Quiénes están en la lucha por el poder?

Por un lado, está el primer ministro Fayez al-Sarraj del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), quien llegó al poder en 2015 mediante un acuerdo político respaldado por Naciones Unidas, un actor importante en este conflicto, pues en 2011 autorizó la intervención militar en el país con “todas las medidas que fueran necesarias”. Por otro lado, está el comandante militar Khalifa Haftar, quien tiene de aliado a un gobierno rival en el este de Libia y una colación de tropas y milicias regulares a las que ha llamado el Ejército Nacional de Libia. Además, está vinculado con el parlamento elegido en 2014 con sede en Tobruk.

¿Por qué Haftar busca el poder y qué ha hecho hasta ahora?

Algunos lo consideraban a él como el sucesor de Gadafi y quien tenía el poder incluso cuando él estaba con vida. Por eso mismo, hay quienes lo acusan de querer restaurar la dictadura militar en Libia. Una vez estalló el conflicto entre las dos partes, se esperaba que se firmara un acuerdo entre para ir a elecciones, pero Haftar no confiaba en la palabra de al-Sarraj, así que la guerra continuó. Por años se ha quejado de que los ingresos del petróleo se distribuyen injustamente, perjudicando históricamente al este del país, por lo que reclama mejores condiciones para esta región.

Poco a poco, este general ha ido extendiendo su control sobre el este y el sur del país. Él se apoderó de la mayoría de los campos petroleros de la nación, hasta que en 2018 le restauró el control de este recurso a la Narional Oil Corp. Desde entonces las fuerzas de Haftar se han enfrentado a las del gobierno respaldado por la ONU y apoyado en gran medida por Turquía. Haftar, por su lado, ha recibido el apoyo de mercenarios rusos, sudaneses y de aviones no tripulados de Emiratos Árabes Unidos con los que poco a poco se ha acercado a Trípoli, llegando incluso a los suburbios de la ciudad.

¿Es un conflicto internacional?

Varios países han fijado una posición en este conflicto muy distinta. De alguna manera sí es un conflicto internacional por su lucha de poderes. Rusia y Turquía apoyan a diferentes bandos. En un principio, los dos apoyaban a Saif Gadafi, hijo de Muamar el Gadafi, para que se quedara con el poder. Pero ahora Moscú apoya a Haftar. Turquía, entre tanto, continúa apoyando al gobierno se al-Sarraj debido a que ha obtenido beneficios de sus relaciones con este, pues le ha dado la razón en una disputa sobre una zona del Mediterráneo rica en gas.

Por otro lado, Emiratos Árabes Unidos y Egipto le han dado su apoyo a Haftar, pues se oponen a algunos de los aliados islamistas de al-Sarraj, incluida la Hermandad Musulmana a quien consideran subversiva. Estados Unidos ha mostrado mensajes mixtos sobre su apoyo y se ha mantenido un poco alejado del conflicto, pero la participación de Moscú ha impulsado al gobierno de Donald Trump ha presionar a las partes para conseguir un acuerdo de paz.

¿Cómo se divide el apoyo local?

Haftar cuenta con el apoyo de las tribus del este y una que otra ciudad del oeste, incluida la vecina de Trípoli: Tarhouna. Sarraj, por otro lado, cuenta con el apoyo de las milicias en Trípoli y de la ciudad vecina Misrata.

¿Las dos partes han intentado hacer la paz?

Sí, pero es un fin complicado porque cada uno busca satisfacer sus propios intereses. A principios de esta semana, el gobierno ruso invitó a los dos principales líderes a conversar. Bajo una inmensa presión internacional, Haftar acordó un alto el fuego en su empuje hacia Trípoli este fin de semana, pero tanto sus tropas como las fuerzas de gobierno de al-Sarraj se acusaron mutuamente de violar la tregua por lo que esta se rompió. El general Hafter abandonó las conversaciones y se negó a firmar el acuerdo que ya había aceptado al-Sarraj.

¿Por qué es tan difícil llegar a un acuerdo?

Porque, como se dijo anteriormente, cada uno tiene sus intereses y busca protegerlos, y esto también aplica para los actores internacionales. “No solo los rusos tienen intereses en Libia, los jugadores occidentales también persiguen objetivos concretos”, explica Andres Dittmann del Instituto de Geografía de la Universidad de Gießen. Estos intereses varían: Francia e Italia compiten por las exportaciones de petróleo libio. “Básicamente, en Libia también se está llevando a cabo una guerra de poder europea”, concluye Dittmann.

¿Qué va a pasar ahora?

Como Hafter se ha negado a firmar el acuerdo de alto el fuego, Moscú podría reconsiderar su posición, principalmente “porque Hafter también dejó en entredicho públicamente las habilidades personales de mediación de Putin”, dijo Tim Eaton, experto en Medio Oriente del centro de pensamiento Chatham House. Esto añadiría presión al general Hafter a la hora de negociar un acuerdo. Ahora se intentará convencer de nuevo a los dos lados que acepten una tregua, pero esta vez las conversaciones tendrán sede en Berlín, lideradas por la canciller alemana, Angela Merkel.

Por - Redacción Internacional

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