Estados Unidos anunció ayer un posible ataque de hackers chinos, quienes habrían atacado compañías en una docena de países en nombre de Pekín. El gobierno de Trump insistió una vez más en su determinación de luchar contra "las agresiones económicas" del gigante asiático y le pidió responsabilidad en sus acciones digitales.
Zhu Hua y Zhang Shilong, son dos de los presuntos piratas informáticos asociados al gobierno chino que están acusados de cometer intrusiones y fraudes informáticos. Según el acta de acusación, los hombres son parte de un grupo conocido como APT 10, que opera desde China "en asociación con el ministerio chino de Seguridad del Estado", dijo el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
(Le puede interesar: Lo que hay detrás del caso Huawei)
Entre 2006 y 2018, ese grupo lideró "una campaña global de intrusión informática" para robar datos confidenciales y secretos comerciales de 45 compañías en 12 países, entre ellos Estados Unidos, Francia, Alemania, Canadá y Reino Unido.
Apuntaban particularmente a sociedades de servicios especializados que gestionan a distancia servicios informáticos de otras empresas u organizaciones, que también se conoce como Managed service provider (MSP). Entre sus victimas se encuentra una institución financiera mundial, tres empresas de telecomunicaciones, un proveedor de piezas de automóviles.
"Va a ser difícil para China asegurar que no es responsable" de esos ataques, ahora que Estados Unidos ha hecho público un acta de acusación muy preciso y detallado, agregó. Ningún país representa "una amenaza tan pesada y tan prolongada" como China, aseguró por su parte el director del FBI, Christopher Wray. Según él, China quiere remplazar a Estados Unidos como primera potencia mundial.
China responde
El gigante asiático calificó las denuncias como difamatorias y presentó una nueva queja formal al gobierno de Trump. "Instamos a EE.UU. a que corrija de inmediato estas acusaciones difamatorias, que violan de forma severa las normas básicas que rigen las relaciones internacionales y son seriamente perjudiciales para los lazos bilaterales", dijo hoy la portavoz de la cartera de Exteriores china Hua Chunying en una rueda de prensa en Pekín.Asimismo, Hua devolvió la acusación y aseguró que es Washington quien está detrás de múltiples ataques de este tipo, ante lo cual China "tomará las medidas necesarias" para salvaguardar su propia seguridad cibernética e intereses.
"Es un secreto a voces que Estados Unidos lanza campañas de seguimiento para observar a gobiernos, empresas e individuos de otros países", indicó Hua, algo que China "nunca aceptará".
"Una relación complicada"
El presidente republicano Donald Trump llevó a cabo un acercamiento notable con Pekín y su presidente Xi Jinping al comienzo de su mandato en 2017, pero desde entonces las relaciones bilaterales han experimentado altibajos y hace poco que mantienen una tregua en su guerra comercial.A pesar de eso, Washington no deja de acusar a Pekín de haber roto un pacto de no espionaje económico firmado en 2015 con el expresidente estadounidense Barack Obama.
"Nuestra relación con China es complicada. Llevan a cabo operaciones de espionaje y de influencia aquí en Estados Unidos", declaró recientemente el secretario de Estado, Mike Pompeo.
(Le puede interesar: La directora financiera de Huawei pide por su libertad ante un juez en Vancouver)
Según el gobierno estadounidense, aproximadamente el 90% de los casos de espionaje económico que han sido objeto de investigación los últimos siete años y dos tercios de los asuntos de robos de secretos industriales implican a Pekín. Las inculpaciones de los dos piratas chinos, por lo tanto, no son ninguna novedad.
A finales de octubre, diez ciudadanos chinos fueron acusados por la justicia estadounidense de espionaje contra sociedades aeronáuticas de Francia y Estados Unidos.
Pero no se trató de un asunto de espionaje económico lo que más ha comprometido la relación entre ambos países recientemente: el 1 de diciembre, la hija del fundador del gigante chino de telecomunicaciones Huawei fue detenida en Canadá a petición de Estados Unidos.
Meng Wanzhou, de 46 años, es sospechosa de un fraude para evadir las sanciones estadounidenses contra Irán. Liberada bajo fianza, Washington pide su extradición.