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De esta forma se describe al presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdimuhamedov, en un cable diplomático enviado por la Embajada de Estados Unidos en Turkmenistán a Washington, el 18 de diciembre de 2009, y revelado por Wikileaks. En 2010 la revista Foreign Policy publicó un listado en el que incluyó a los que, en su criterio, eran los peores tiranos del mundo. Berdimuhamedov —presidente desde 2006 de ese país asiático— quedó de quinto en la lista, por debajo del fallecido líder norcoreano, Kim Jong-il; el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe; el exjefe de Estado birmano, Than Shwe, y el presidente de Sudán del Norte, Omar Hassan al Bashir. Este es el hombre al que la cantante estadounidense Jennifer López le cantó el feliz cumpleaños.
La artista fue contratada por la China National Petroleum Corporation por US$1,5 millones para que amenizara una fiesta en Asjabad, capital de Turkmenistán. Al final del encuentro los ejecutivos que la contrataron le pidieron a López que le cantara el feliz cumpleaños a uno de los asistentes: el presidente Gurbanguly Berdimuhamedov. Ese feliz cumpleaños es ahora el dolor de cabeza de la cantante, que ha sido cuestionada por varias ONG gracias a su presentación. La artista tuvo que salir a disculparse por medio de un comunicado en el que indicó que, de haber sabido de la situación que se vive en Turkmenistán, no le habría cantado a Berdimuhamedov en su cumpleaños 56. El presidente no se ha referido a este nuevo “escándalo”, apenas uno de los que ha protagonizado desde su llegada al poder, gracias a la muerte del entonces jefe supremo, Saparmurat Niyazov. Durante 15 años de gobierno, Niyazov convirtió a su país en un templo para su excéntrica personalidad: construyó estatuas, prohibió el pelo largo y las barbas, le puso su rostro a los billetes de la joven nación y obligó a que sus compatriotas se refirieran a él como el “Padre de Todos los Turcomanos”.
Cuando murió Niyazov, Berdimuhamedov, uno de sus ministros “estrella”, se quedó con el poder. En 2007 se realizaron elecciones con el único propósito de legitimar su régimen. Siguiendo los pasos de su antecesor, Berdimuhamedov ha puesto a su pueblo a llamarlo el “Patrón” o “Héroe de la Nación”, título que le dio el congreso de su país. Berdimuhamedov se ha dedicado a cultivar una imagen de artista, deportista y hombre culto. Su vida privada es casi un enigma. Se sabe que tiene una esposa turcomana y dos hijos. Se especula, además, que tiene una amante rusa y un hijo con ella. Recientemente se conoció un video suyo en una carrera de caballos. El presidente ganó pero al final de la carrera se cayó de su montura. El mundo supo de su caída gracias a Youtube. En Turkmenistán nadie pudo ver el video. Varias ONG siguen ubicando a Turkmenistán en la lista de países violadores de derechos humanos. Mientras tanto, la televisión turcomana sigue mostrando a Berdimuhamedov las 24 horas del día: en conciertos, en actos políticos, en reuniones con sus aliados en Rusia y China o, cómo no, en alguna carrera de caballos, mostrando sus dotes.