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El eterno líder de Tayikistán

Pese a que terminará su período en 2020, el Parlamento tayiko le otorgó poderes perpetuos al actual presidente, entre ellos inmunidad judicial y capacidad de vetar decisiones estatales.

Juan David Torres Duarte
28 de diciembre de 2015 - 12:46 a. m.

Fundador de la Paz y la Armonía: Líder de la Nación. Ése es el título que regenta desde esta semana el presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, luego de la aprobación de las cámaras baja y alta del Parlamento. Desde principios de este mes, cuando el proyecto comenzó su trámite, su aprobación era casi segura dado que los parlamentarios pertenecen en su mayoría a la coalición oficial, el Partido Democrático del Pueblo, y que sus seguidores son asiduos ejecutores de la hagiografía: para ellos, Rahmon —nacido en Dangara, de 63 años y exsoldado de las fuerzas soviéticas cuando esa región pertenecía a la URSS— salvó al país de la debacle y lo convirtió en una república de tonos democráticos.

La ironía de su título consiste en que justamente deroga cualquier tipo de democracia. Al dárselo, de acuerdo con el portal Eurasia, que tuvo acceso al documento, Rahmon no sólo es ensalzado como el brillante reformador de Tayikistán sino que se le otorgan poderes amplios que lo convertirían en una suerte de presidente a la sombra (no se podrá lanzar de nuevo después de que termine su período en 2020).

A causa de este título, Rahmon podrá vetar decisiones gubernamentales, tener inmunidad perpetua, asistir a las sesiones legislativas y a las reuniones del Consejo Nacional de Seguridad con voz y voto, y mantendrá una oficina en la capital, Dusambé, y en su ciudad natal. La ley le da derecho también a un cuerpo de seguridad ad eternum y a una casa de verano —dacha es el término eslavo— en las riberas del río Varzob. La ofensa de su título será tomada, además, como cargo criminal. Uno de los legisladores del partido oficial, Saidjafar Isomonov, dijo: “Todos los grandes poderes del mundo deben enterarse de que Tayikistán sólo sobrevivió como estado gracias a Rahmon”.

Rahmon es el primer y único presidente que ha tenido Tayikistán desde su independencia de la URSS en 1991. Cuando fue creado el cargo de presidente, en 1994, él fue el elegido. Por entonces, afrontó una guerra civil que se apaciguó hacia 1998 y dejó cerca de 100.000 muertos, en una población que hoy supera los 7 millones. Su primer período sumó cinco años; reelegido en 1999 —con votaciones por encima del 97%—, Rahmon se embarcó en un mandato de siete años tras modificaciones a la Constitución. En 2003, un referendo limitó a dos los períodos continuos para los mandatarios; en una jugada que algunos clasificaron como ilegítima, Rahmon fue reelegido en 2006 para su primer período bajo esa ley y en 2013 se preservó en la presidencia. Cuando acabe su labor como presidente en 2020, este nuevo título le permitirá ostentar, en la práctica, atributos que por lo general son exclusivos del presidente.

Sus partidarios han argumentado que, además de darle una posición histórica honorable a la presidencia de Rahmon, el título es cosa común en la región y puede aplicarse sin mayores embates morales. En 2010, el presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, recibió el mismo título con beneficios similares (ha estado en el poder desde 1991); en 1999, el Parlamento turkmeno concedió al entonces presidente Saparmurat Nizayov la calidad de “presidente de por vida” (falleció en 2006). Los defensores de la ley han formulado también un argumento imbatible: dicen que el pueblo lo ha pedido.

Miembros de la oposición —debilitada en el Parlamento— y activistas arguyen que el proyecto de ley mina la tarea democrática de las instituciones tayikas. La activista y excandidata presidencial Oynihol Bobonazarova dijo a Eurasia: “Esto va en contra no sólo de la Constitución nacional, sino de las normas internacionales. Sólo los regímenes totalitarios pueden permitirse tal cosa”. En una entrevista con The Guardian, la líder afirmó: “Tayikistán se muestra como un país democrático, de modo que debe ceñirse a las reglas democráticas. Debe ser una democracia en acción, no una imitación de la democracia”. El portal tayiko Asia Plus reportó, a finales de noviembre, que algunos analistas pensaban que el proyecto tenía como “objetivo desdeñar las legalidades técnicas que limitan su derecho a buscar una reelección a perpetuidad”.

Como en otros casos regionales, la presencia de Rahmon al parecer ha sido efectiva para mantener a raya los conflictos sociales. Por eso, en las últimas dos décadas Tayikistán ha sido en un aliado esencial de EE.UU.: el secretario de Estado, John Kerry, visitó a Rahmon a principios de noviembre para charlar sobre su estrategia de seguridad con respecto a su frontera con Afganistán (donde se despliegan actividades contra el terrorismo y el tráfico de drogas). Desde allí, Kerry voló a Turkmenistán.

Por Juan David Torres Duarte

 

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