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El perdón es fundamental en la vida cristiana, pero no es la única acción necesaria en un matrimonio en crisis, explicó el papa Francisco tras responder, por medio de las páginas de la revista mensual “Piazza San Pietro”, a una mujer llamada Catia, quien le escribió expresando su dolor por la infidelidad de su esposo y su lucha por perdonarlo.
Francisco, cada mes, responde a una de las cartas que le dirigen. Esta vez, a través de la revista dirigida por el padre Enzo Fortunato, Piazza San Pietro, respondió a Catia, quien fue engañada por su esposo, y busca una señal que le ayude a comprender si perdonar “lo imperdonable” es verdaderamente adecuado.
El esposo de Catia llevaba engañándola más de un año. Aún así, ella busco poner su matrimonio “en primer lugar” para “reconstruir la confianza”. En el proceso de la búsqueda del perdón Catia descubrió que su pareja continuaba ocultándole que aún llamaba a la otra mujer.
Catia afirmó sentirse “herida, engañada, humillada y perdida”. De ahí, surgieron las preguntas al papa sobre cómo perdonar a su esposo y cómo confiar en él de nuevo, afirmando que incluso su esposo estuvo con la otra en su propio hogar.
En respuesta a la señal que pidió a Catia de saber si perdonar lo imperdonable era correcto, el papa recalcó: “sí, es lo correcto, pero no lo único que hay que hacer”.
El perdón personal sana las heridas y “desecha todo resentimiento y juicio sobre la vida del otro”, pero la continuidad de la relación debe estar cimentada en la verdad y la caridad, explicó.
El pontífice afirmó: “no es fácil perdonar, sobre todo cuando te han traicionado en el amor, en las palabras, en la confianza [...]. Si hay amor, el amor es capaz de paciencia, de remendar, de reparar”.
El consejo del pontífice fue leer “Amoris Laetitia”. Allí, en la carta sobre las relaciones de pareja, se explica que hay casos en que la separación es “inevitable” y a veces, “moralmente necesaria”.
En la carta se menciona que “en algunos casos, la valoración de la dignidad propia y del bien de los hijos exige poner un límite firme a las pretensiones excesivas del otro, a una gran injusticia, a la violencia o a una falta de respeto que se ha vuelto crónica”.
Francisco le sugirió a Catia proponer a su esposo un proceso de acompañamiento con parejas que han superado situaciones similares, lo que podría ser la “señal” que ella busca, afirmando que “juntos pueden vivir una auténtica conversión matrimonial”, a pesar de esto reconoció que el camino del perdón es difícil, pero destacó que, si existe amor, el matrimonio puede sanar. Finalmente, aseguró que rezaría por ella y su relación.
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