El peligro de buscar la verdad: la prensa, bajo asedio en el mundo
En este nuevo Día de la Libertad de Prensa, no hay nada que celebrar. Se necesitan acciones puntuales de los gobiernos en todo el mundo para proteger el gremio periodístico.
La conmemoración del Día de la Libertad de Prensa de este año se realiza en el marco de un panorama más que lamentable para el gremio. Hace tan solo unos días, los periodistas españoles David Beriain –quien había realizado varios reportajes para El Espectador– y Roberto Fraile fueron asesinados en Burkina Faso mientras hacían un documental sobre la caza furtiva. El de ellos es el más reciente caso en una larga lista de ataques contra quienes se arriesgan a contar lo que nadie más se atreve y buscan verdades incómodas para gobiernos y agrupaciones de todo tipo.
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La conmemoración del Día de la Libertad de Prensa de este año se realiza en el marco de un panorama más que lamentable para el gremio. Hace tan solo unos días, los periodistas españoles David Beriain –quien había realizado varios reportajes para El Espectador– y Roberto Fraile fueron asesinados en Burkina Faso mientras hacían un documental sobre la caza furtiva. El de ellos es el más reciente caso en una larga lista de ataques contra quienes se arriesgan a contar lo que nadie más se atreve y buscan verdades incómodas para gobiernos y agrupaciones de todo tipo.
La violencia contra la prensa batió un récord en 2020, según el Consejo de Europa. Se registraron 40 % más alertas que las recibidas en 2019 y es un problema que se extiende por todo el mundo. La región de los Estados Árabes es la más mortífera para los periodistas (30 % de los asesinatos en el mundo), seguida de América Latina y el Caribe (26 %) y Asia y el Pacífico (24 %).
Por esto, la secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic, ha pedido “una voluntad política más fuerte para proteger a los periodistas y al periodismo independiente, con el objetivo de frenar el deterioro de la libertad de los medios en el continente”.
Y es que los ataques, además, se han desarrollado con casi total impunidad. Según la Unesco, “casi el 90 % de los responsables del asesinato de 1.109 periodistas en todo el mundo entre 2006 y 2018 no han sido condenados”.
Pero cabe resaltar que los asesinatos no son la única amenaza que enfrentan los reporteros. En China, la periodista Zhang Zhan desapareció de manera forzosa y fue torturada por meses luego de informar sobre la detención de periodistas independientes y sobre cómo estaban las familias de personas enfermas con COVID-19. En Rusia están hostigando y amenazando a reporteros como Elena Milashina, quien ha escrito sobre los arrestos y ejecuciones extrajudiciales que ha llevado a cabo la patrulla especial chechena.
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Hay una tendencia en naciones con gobiernos represivos, como Turquía, Nigeria, Nicaragua y República del Congo en reformar la legislación para cercar el trabajo de reporteros, restringiendo el espacio para compartir su trabajo o amenazándolos con penas de prisión o castigos físicos y multas en caso de difundir información que, de manera unilateral, deciden que “perjudica los intereses nacionales y agita la opinión pública. Otras naciones, como la India, simplemente controlan a su merced los canales de información para evitar que la prensa cumpla con su trabajo.
En las democracias donde se cree que la prensa puede hacer su trabajo sin problemas la situación tampoco es buena. “Esto te expone a todo tipo de presiones, y eso es fatal, porque además tienes una apariencia de libertad que en el fondo no tienes, que es casi lo peor”, señala Gabriela Cañas, presidenta de la Agencia EFE.
Este podría ser el caso de Estados Unidos, donde según la Asociación de Noticias Digitales de Radio Televisión (RTDNA), una de cada cinco estaciones de noticias de televisión dice tener empleados que fueron víctimas de crímenes violentos el año pasado. Las condiciones de precariedad laboral se suman a la lista de problemas para los reporteros en todo el mundo junto con el acoso. Siete de cada diez mujeres periodistas han sufrido violencia, acoso o amenazas físicas por su trabajo, por ejemplo. El informe de investigación El periodismo frente al sexismo, de Reporteros Sin Fronteras (RSF), revela el alcance de diferentes tipos de violencia contra las mujeres periodistas y reporteras en el mundo. De los 112 países en los que se ha encuestado a periodistas, 40 fueron señalados como peligrosos o incluso muy peligrosos para ellas.
La cárcel también es otro castigo que reciben las mujeres por cumplir con su trabajo. Un informe publicado por la organización en diciembre de 2020 señaló que el número de periodistas presas ha aumentado un 35 %. Bielorrusia, Irán y China son algunos de los países donde hay un mayor número de periodistas en prisión. “Entre las periodistas detenidas en los últimos tiempos se cuenta la ganadora del Premio RSF a la Libertad de Prensa en 2019, la vietnamita Pham Doan Trang”, se lee en el informe de la organización.
Esto sin contar que internet se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos para las periodistas. Una encuesta mundial publicada por la Unesco en diciembre de 2020 arrojó que el 30 % de las periodistas que participaron en este sondeo dijeron que se autocensuraron como resultado del abuso, mientras que el 26 % informó impactos en su salud mental. “Quería dejar las redes sociales, quería dejar el periodismo. Estas cosas no les pasan a los hombres (...) El costo que estamos pagando para ampliar nuestro trabajo en las redes sociales no es algo que los periodistas deban enfrentar”, dijo Rana Ayyub, una periodista de investigación de la India, en su intervención durante la conferencia ‘Violencia en línea: La nueva línea del frente para las mujeres periodistas - #JournalistsToo’.
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Justamente una de las cifras más preocupantes tiene que ver con la violencia en línea: el 73 % de las mujeres periodistas ha sufrido alguna vez acoso en línea relacionado con su trabajo, una situación que se expresa desde el lenguaje de odio hasta amenazas de violencia sexual o física. Estos datos se asemejan a un estudio realizado por el Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la Unesco: el 63% de las más de 100 mujeres periodistas de África Oriental encuestadas consideraba que la violencia en línea había aumentado en el contexto de la COVID-19.
En este nuevo Día de la Libertad de Prensa, no hay nada que celebrar. Se necesitan acciones puntuales de los gobiernos en todo el mundo para proteger al gremio periodístico.