Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los manifestantes que exigen la dimisión del presidente de Sri Lanka se niegan a dejar el palacio presidencial, después de que la víspera irrumpieran en la residencia, obligando al mandatario a huir y a anunciar su renuncia esta semana.
Los dramáticos acontecimientos del sábado fueron la culminación de una ola de protestas en esta isla, ubicada frente a la costa sur de India y sumida en una crisis económica y política sin precedentes, que los manifestantes atribuyen a la gestión del presidente Gotabaya Rajapaksa.
Cientos de miles de personas se congregaron en la capital, Colombo, para exigir que Rajapaksa asuma su responsabilidad por la escasez de medicinas, comida y combustible, la cual llevó a un país relativamente próspero al caos.
Le sugerimos: “Es una dimisión a medias”: la tibia renuncia de Boris Johnson
Tras irrumpir en el palacio presidencial de Sri Lanka, que data de la era colonial, la multitud recorrió las ostentosas habitaciones y algunos saltaron a la piscina, así como otros revisaron el armario y las pertenencias de Rajapaksa. Las tropas dispararon al aire para permitir que el mandatario escapara y luego Rajapaksa abordó un buque de la armada que lo llevó fuera de la isla.
Desde allí, el mandatario de 73 años se ha aferrado al poder, pese a la ola de violencia que dejó varios muertos en mayo y que obligó a renunciar a su hermano, Mahinda Rajapaksa, que ejercía como primer ministro. Pero, finalmente, Gotabaya Rajapaksa tiró la toalla. Por la noche, el presidente del Parlamento anunció por televisión que, “para garantizar una transición pacífica, el presidente dijo que presentaría su renuncia el 13 de julio”.
Estados Unidos señala bloqueo ruso de alimentos
El despacho de Rajapaksa, situado en la línea costera, también fue tomado por los manifestantes y otro grupo prendió fuego a la residencia del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, pese a que este también anunció su renuncia. Las imágenes publicadas en redes sociales muestran a una turba aplaudiendo el incendio, que se produjo poco después de que las fuerzas de seguridad atacaran a varios periodistas. Más temprano, las autoridades intentaron dispersar a las inmensas multitudes congregadas en el distrito administrativo, lo que generó disturbios.
El principal hospital de Colombo informó que recibió 105 heridos el sábado y que el domingo 55 seguían admitidos. Entre los pacientes internados hay siete periodistas heridos. “Hay una persona que todavía sigue muy grave tras recibir un impacto de bala”, dijo la portavoz, Pushpa Soysa.
Le puede interesar: Antony Blinken a Wang Yi: ‘China no es neutral en la guerra de Ucrania’
Poco después de la medianoche, el general Shavendra Silva hizo un llamado a la calma. “Existe una oportunidad para resolver la situación de crisis de una forma pacífica y que sea constitucional”, dijo en un breve discurso en la televisión. Además, una fuente de defensa informó que Rajapaksa llegará a la base naval de Trincomalee, en el noreste de la isla, durante la jornada del domingo.
Estados Unidos urgió a los líderes de Sri Lanka a actuar “rápidamente” para buscar soluciones a largo plazo. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó este domingo que el bloqueo de Rusia a los granos producidos en Ucrania, debido a la guerra, “puede haber contribuido” a la crisis.
Aún sigue siendo incierto que haya alguna figura en el legislativo que pueda reunir suficientes apoyos para suceder a Rajapaksa. “Nos estamos acercando hacia una incertidumbre que es peligrosa”, señaló el legislador Dharmalingam Sithadthan, perteneciente a la minoría tamil. El político dijo que “Gota”, en referencia a Gotabaya Rajapaksa, “debería haber renunciado de forma inmediata sin dejar un vacío de poder”.
Un país en mora y una población desesperada
Los manifestantes que siguen ocupando el palacio presidencial afirmaron que no se irán hasta que Rajapaksa salga del poder de forma efectiva. “Nuestra lucha no ha concluido”, dijo a la prensa el líder estudiantil Lahiru Weerasekara. El activista contó que cuando atravesaron la última barrera sabían que los militares iban a disparar. “Nosotros arriesgamos nuestras vidas”, afirmó. “No nos vamos a rendir en nuestra lucha hasta que él se vaya de verdad”.
Sri Lanka lleva meses soportando la escasez de alimentos básicos, cortes de luz y una inflación desatada, después de que el país agotara sus reservas de divisas, que son necesarias para las importaciones. El gobierno declaró una moratoria de su deuda por US$51.000 millones y busca un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Le invitamos a verlas en El Espectador.