El pueblo que se ilumina con espejos durante invierno
Con 600 mil euros pueblo logra iluminar 600 metros cuadrados de su plaza principal.
AFP
Rjukan, es un pueblo Noruego ubicado a 175 kms al oeste de Oslo, este pueblo de tan solo 3500 habitantes se encuentra situado en medio de dos montañas. Su ubicación lo ha mantenido en medio de la oscuridad durante seis meses al año. Sus habitantes estaban acostumbrados a no ver el sol durante la época de otoño e invierno que se extiende de septiembre a marzo. (Vea las imágenes de este pueblo).
A pesar de varias protestas iniciales sobre la inversión del dinero público, sus habitantes decidieron gastar más de 600 mil euros para instalar 3 espejos gigantes en lo alto de la montaña. Los espejos que esta ubicados 400 metros por encima del pueblo tienen un área de 17 metros cuadrados, cada uno de estos espejos proyecta luz sobre unos 600 metros cuadrados, dando iluminación sobre la plaza principal.
“Cuando lancé la idea”, dice Martin Andersen, quien diseño la estructura, “hubo mucho escepticismo. Creo que a los jóvenes de aquí les gustó, pero a los mayores no tanto”.
Steinar Bergsland, alcalde del pueblo afirmó “una idea de hace cien años se vuelve realidad”. Los espejos se estrenaron esta semana, mientras una orquesta local entonaba la canción “Let the sun shine”.
Rjukan, es un pueblo Noruego ubicado a 175 kms al oeste de Oslo, este pueblo de tan solo 3500 habitantes se encuentra situado en medio de dos montañas. Su ubicación lo ha mantenido en medio de la oscuridad durante seis meses al año. Sus habitantes estaban acostumbrados a no ver el sol durante la época de otoño e invierno que se extiende de septiembre a marzo. (Vea las imágenes de este pueblo).
A pesar de varias protestas iniciales sobre la inversión del dinero público, sus habitantes decidieron gastar más de 600 mil euros para instalar 3 espejos gigantes en lo alto de la montaña. Los espejos que esta ubicados 400 metros por encima del pueblo tienen un área de 17 metros cuadrados, cada uno de estos espejos proyecta luz sobre unos 600 metros cuadrados, dando iluminación sobre la plaza principal.
“Cuando lancé la idea”, dice Martin Andersen, quien diseño la estructura, “hubo mucho escepticismo. Creo que a los jóvenes de aquí les gustó, pero a los mayores no tanto”.
Steinar Bergsland, alcalde del pueblo afirmó “una idea de hace cien años se vuelve realidad”. Los espejos se estrenaron esta semana, mientras una orquesta local entonaba la canción “Let the sun shine”.