Las estadísticas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dicen que el conflicto colombiano deja alrededor de 400.000 refugiados. En 2009, el número era de 389.900, una cifra grande, aunque lucía corta si se comparaba con los 3’303.979 de desplazados internos que dejaba la guerra.
En 2010, 2011 y hasta mayo de este año, Ecuador ha recibido respectivamente 29.093, 14.192 y 5.390 solicitudes de refugio de ciudadanos colombianos, registros que se suman a la histórica recepción de población vulnerable del país vecino. El 98% de los 55.827 refugiados que alberga Ecuador tienen origen colombiano, y el tema ha sido una constante en el diálogo bilateral.
En el marco del Día Mundial del Refugiado, el embajador de Quito en Bogotá, Raúl Vallejo, conversó con El Espectador al respecto. Aunque su país reconoce el problema, asegura que la política de solidaridad con esta población continuará y que la implementación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras en Colombia podría abrir una puerta para el retorno de un buen grupo de nacionales.
¿Cómo está la situación de refugio en Ecuador?
La Constitución de Ecuador reconoce el derecho a migrar de las personas, de manera que no se va a considerar a ningún ser humano como “ilegal”, por su condición migratoria. Basados en eso, tenemos una política solidaria de otorgamiento del refugio a las personas que así lo soliciten, cuando tienen fundados temores de que están siendo perseguidas por cuestiones de raza, religión, política, y que no pueden regresar a su país porque su vida está en peligro. De las casi 56.000 personas que reconocemos como refugiados, el 98% son colombianos y el resto provienen de otros países como Cuba, Afganistán, Perú, Irak, entre otros.
Los refugiados fueron un asunto importante durante el proceso de restablecimiento de relaciones bilaterales. Generan un gasto a su país para el cual su gobierno pidió un aporte. ¿Cómo se ha avanzado en esta materia?
La política de Ecuador ha sido siempre solidaria. El año pasado hubo una contribución a través de Acnur que hizo el gobierno colombiano de medio millón de dólares. Del lado ecuatoriano, independientemente de que la comunidad internacional contribuya o no material y económicamente, está la disposición a prestar todas las facilidades para los refugiados. La inversión hoy día, solamente en educación, salud y subsidio de gas, llega a los US$14 millones. Pero si se tienen en cuenta otro tanto de personas cuyas solicitudes de refugio están en trámite o han conseguido otro estatus migratorio, esta cantidad se duplicaría. Acnur ha dicho que la comunidad internacional está en deuda con el Ecuador, no obstante hemos reconocido el aporte de Colombia.
Pero la cifra parece pequeña si se compara con los gastos. ¿Se ha trabajado en planes de repatriación voluntaria?
Con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras se ha abierto un camino para que exista un plan de retorno voluntario que todavía no ha sido formulado por las autoridades colombianas. Ya está el marco legal para ello y éste será uno de los temas que se traten en el gabinete bilateral que tendremos en septiembre.
¿En qué punto se encuentran las relaciones bilaterales hoy, después de su restablecimiento?
Están muy bien. Yo digo que la situación está en buen nivel. El pasado 13 de junio firmamos la definición del límite marítimo entre Colombia y Ecuador, que era algo que estaba pendiente hace 38 años. En julio, se van a reunir los cancilleres en Guayaquil para preparar el gabinete binacional que tendría lugar en el mes de septiembre, sería la primera vez que se reúnen los dos presidentes junto a sus ministros. Con Perú hemos tenido seis reuniones de este tipo y han resultado bastante positivas.