"Si Dios es el Dios de la vida, y lo es, a nosotros no nos es lícito matar a los hermanos en su nombre. Si Dios es el Dios de la paz, y lo es, a nosotros no nos es lícito hacer la guerra en su nombre. Si Dios es el Dios del amor, y lo es, a nosotros no nos es lícito odiar a los hermanos", comenzó Francisco su oración. Sólo con la paz y con la reconciliación, añadió, "esta ciudad y este país se podrán reconstruir, y se logrará sanar los corazones destrozados de dolor".
AFP - -