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La poca pigmentación en la piel que caracteriza a los albinos se ha convertido en un carma para estas personas, quienes se ganan injustamente el rechazo de la sociedad y el repudio de sus familiares, pues son acusados de brujería.
Los asesinos buscan de los albinos órganos sexuales, dedos, lenguas y pelo. Estas partes del cuerpo, supuestamente, son las que más esencia tienen para conseguir el hechizo que convertiría a una persona en multimillonaria.
Los hechiceros dicen que con la pócima no sólo se logra el éxito económico, también se evita una muerte trágica y se obtiene el amor perfecto.
Las matanzas tienen lugar a las orillas de lago Victoria. Las autoridades no sólo han denunciado las muertes de albinos, algunas ancianas también son blanco de los brujos y hechiceros, pues algunos dicen que su piel arrugada es perfecta para pócimas de la suerte.
Al año se presentan cerca de 100 asesinatos de señoras de edad; los crímenes se cometen a sangre fría con machetes, lanzas o hachas.
El absurdo ritual deja grandes recompensas para estos asesinos, ellos reciben ganado o dinero en efectivo como pago.
La policía de ese país se sorprende con las cuantiosas sumas de dinero que esa actividad genera. Las pócimas oscilan entre los 400 y 500 dólares.
En Tanzania hay 39 millones de habitantes, de los cuales 280 mil son albinos. Los crímenes en contra de ellos se presentan en regiones aledañas del país, a unos 1.000 kilómetros de Dar es Salaam, la capital tanzana. Actualmente, esta actividad se ha extendido a Zambia, Malaui y la República Democrática del Congo.