El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner recibió el apoyo de los legisladores de su partido y de gran parte de la oposición durante el debate del proyecto para convertir en ley la expropiación del 51% de YPF, proyecto que además contempla la expropiación de YPF Gas, también controlada por la española Repsol. La medida contó incluso con el respaldo de quienes en 1992 ordenaron privatizar esa compañía. El senador Carlos Menem votó a favor de la estatalización de YPF, que él privatizó cuando fue presidente.
“El escenario ha cambiado, la situación no es igual que cuando yo la privaticé. La petrolera española sacaba todas las ganancias fuera del país y no invertía en Argentina”, aseguró el exmandatario al diario Crónica. Y agregó: “Nadie va a dejar de invertir en Argentina porque el país esté haciendo valer sus derechos”.
En cambio, el único senador que votó la privatización en 1992 y todavía continúa en la institución, Juan Carlos Romero, votó ahora en contra del proyecto, según dijo, por “coherencia”. De acuerdo con sondeos, el 70% de los argentinos apoya la estatalización de YPF.
El proyecto, bautizado Soberanía Hidrocarburífera de la República Argentina, contiene 19 artículos. El primero declara a la actividad de la empresa “de interés público nacional” y como “objetivo prioritario, el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, y la explotación, la industrialización, el transporte y la comercialización” de los mismos.
El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, Marcelo Fuentes, dijo que la expropiación de YPF “marca un punto de inflexión, es una iniciativa histórica para Argentina”. La próxima semana, la votación deberá ser ratificada en la Cámara de Diputados, en donde el proyecto también tiene un gran respaldo. La discusión legislativa se produce en medio de un férreo rechazo a la iniciativa por parte de España, el resto de la Unión Europea, Estados Unidos y algunos organismos internacionales.
Según el columnista de El País Miguel Ángel Bastenier, “el kirchnerismo podría acabar siendo un nuevo chavismo del siglo XXI”. Agrega que “un 62% de encuestados es favorable a la expropiación, cuota estimable pero no arrasadora”, para luego aseverar que “el pueblo argentino parece ser menos populista que su gobierno”.
Por su parte, Repsol aseguró el martes, en un aviso pagado en la prensa, que invirtió en su filial YPF más de US$20.000 millones entre 1999 y 2011. En otra comunicación pública difundida ayer, la empresa española admitió que redujo su producción en un 12%, aunque sostuvo que esa disminución fue menor a la de sus competidoras en Argentina.